Cada vez que llueve, un barrio del sector norte de la localidad queda inundado.
Cansados de ofrecer sus propios servicios un centenar de vecinos se trasladó hasta el domicilio del intendente Reinaldo Riera para expresar, cacerolas en manos, su malestar.
Sucede que el fin de semana pasado la lluvia volvió a inundar el sector, incluso el agua había ingresado a algunas viviendas.
A partir de esta situación, aproximadamente los habitantes afectados caminaron hasta la casa del intendente y se manifestaron, pidiendo que el propio intendente realizara el recorrido, con el agua hasta las rodillas. Llegaron luego familiares del intendente que comenzaron a insultar a los manifestantes, pero no pasó a mayores. Por fin el intendente se hizo presente en el barrio que había quedado inundado y le autorizó a un vecino que había ofrecido realizar la tarea de zanjeo con herramientas propias.
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