Como una mala jugada del destino y principalmente por falta de seguridad vial, la noche del 30 de diciembre pasado, cuando muchos se preparaban para disfrutar de los fuegos artificales en la costanera de Villa María, en la localidad de Luca se apagaban trágicamente la luz de vida de mi sobrino Roberto Abeldaño y, pocas horas después la de su hijo Maxi, por causa de un conductor imprudente que cruzaba el pueblo a alta velocidad.
Con sus vidas se truncaron sueños, proyectos y esperanzas.
Pienso que si en el tramo de la ruta 158 que cruza el pueblo hubiesen las medidas de seguridad correspondientes como lomas de burros, serruchos, semáforos y carteles indicando la velocidad mínima permitida, los vehículos que circulan por esta ruta se verían obligados a reducir la velocidad, tal como sucede en las localidades de Arroyo Cabral y Dalmacio Vélez, donde las autoridades han puesto gran esfuerzo y dedicación a la seguridad vial, ejemplo que deberían seguir los dirigentes de Luca. Así se evitarían tragedias como la que nos tocó vivir y que no es la primera que ocurre en el sector.
Cuando sólo somos espectadores de una tragedia, lo olvidamos pronto, pero para nuestra familia, será un amargo recuerdo que durará toda la vida.
Para terminar, quiero agradecer a toda la comunidad de Luca, amigos y compañeros, por acompañarnos en este difícil momento y esperamos que por la memoria de Roberto y Maxi, pronto veamos las obras de seguridad vial concretadas.
Daniel Aveldaño
DNI 17483934
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