En su última publicación dirigida a la feligresía local, la Asociación Parroquial rememoró el mensaje testimonial de la Conferencia Episcopal Argentina (noviembre de 2008) con el título de “Queremos una Patria de hermanos”, tomando además como fundamento temporal la iniciación del año en que se celebra el Bicentenario de nuestro grito de libertad.
Entre los puntos sustanciales formula “la necesidad de recorrer un camino basado en el diálogo y en la búsqueda de consensos y acuerdos”, bases para un proyecto verdadero de Nación. Sostiene “que en el pueblo existen hondos deseos de vivir en paz y con una convivencia basada en el entendimiento, la justicia y la reconciliación”. Agrega que en la actualidad “percibimos un clima social alejado de esas sanas aspiraciones de nuestro pueblo”; agregando “que la falta de respeto a las personas e instituciones, el crecimiento de la conflictividad social, la descalificación de quienes piensan distinto y limitando la libertad de expresión, son actitudes que debilitan fuertemente la paz y el tejido social”. “Nos preocupa la crueldad y el desprecio por la vida en la violencia delictiva”, apuntando a las causas que causan dicho flagelo de seria preocupación.
Refiriéndose a la pobreza, acota “que es dramática para muchos hermanos nuestros; aunque ya se han definido algunos caminos de ayuda y asistencia para las necesidades más urgentes, se hace necesario alcanzar estructuras más justas que consoliden el orden social, político y económico, con equidad e inclusión”.
Sobre el sistema de vida democrática, formula en tono desiderativo “que la misma no se fortalece en la conflictividad de calles y rutas, sino en la vigencia de las instituciones republicanas”. Analiza luego “la crisis cultural, moral y religiosa en que estamos inmersos, la acentuación del individualismo que lleva al encierro y la indolencia frente al sufrimiento del hermano y a un progresivo acostumbramiento y resignación frente a la pobreza y exclusión de muchos”. Sostiene “que es una crisis moral porque se han debilitado valores fundamentales de la convivencia familiar y social”; también “es una crisis religiosa porque no hemos tenido suficientemente en cuenta s Dios como Creador y Padre, fundamento de verdadera fraternidad y de toda razón y justicia; sin Dios estamos como huérfanos y la sombra del desamparo se expande sobre los que están a la intemperie social”.
Uno de los interrogantes que plantea el documento es “¿Por qué no hemos sabido concretar en la Argentina los sanos deseos de nuestro pueblo?”, “la vida en democracia requiere ser animada en valores permanentes”.
Finalmente formula “que tal como lo afirmamos en noviembre de 2008, renovamos el llamado a comprometernos hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad, sin pobreza ni exclusión, sin enemistades ni violencias”. “Toda vez que la vida de la patria no se anime en la fe, la esperanza y la caridad, los proyectos serán meros esquemas estériles, sin frutos”.
Todas esta pautas orientativas para la convivencia e interacción de los diversos núcleos sociales fueron ratificadas en oportunidad de la novena patronal en honor a Santa Teresa de Jesús, en el mes de octubre pasado.
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