Roberto Monserrat forma parte de un selecto grupo de jugadores cordobeses encumbrados en la historia del fútbol argentino.
Siempre como mediocampista, el “Diablo” debutó en primera en 1989, con la camiseta de Belgrano de Córdoba, donde jugó 163 partidos y marcó 18 goles. De allí pasó a San Lorenzo, donde no sólo actuó en 109 partidos; también anotó 22 goles y fue campeón en el ‘95, como símbolo del equipo conducido por el “Bambino” Veyra.
Pero si de títulos se trata, lo mejor de Monserrat se dio en River, donde ganó tres campeonatos de AFA, una Supercopa y una Copa Libertadores (en el ‘96). Luego pasó a Colón de Santa Fe, Racing de Avellaneda y Argentinos Juniors. Y más tarde lo llevó Villa Dálmine, donde ascendió de la Primera C a la Primera B Metropolitana.
Más tarde volvió a Córdoba para seguir dando vueltas olímpicas. Ascendió a la B Nacional con Racing de Nueva Italia y, como frutilla del postre, llegó a Alumni para lograr el ascenso al Argentino A, en 2006.
Al “Diablo” sólo le faltó destacarse en un mundial, aunque vistió cuatro veces la camiseta del seleccionado argentino en la década del ‘90, como para dejar su sello cordobés, un sello por demás respetable.