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Las 11 embarcaciones con las cuatro generaciones volvieron a unir por el río a las dos localidades del Departamento Unión, como en los viejos tiempos. En la otra foto, la familia bellvillense posando para Diario Marca |
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Escribe: Gustavo Santillán (*)
Los abuelos Edgardo Ernesto Roth y Nilse Sampietro, “el Ekar y la Pepi”, sus cuatro hijos, Guillermo, Miriam, Lydia y Leonardo; quince nietos y cinco bisnietos, bajaron el pasado sábado 2 de enero de 2010 desde Morrison hasta Bell Ville en canoa. Como en los viejos tiempos...
Tempranito a preparar las embarcaciones, remos, la conservadora, carne para el asado a mitad camino y a recordar la hermosa tradición de la clásica regata “Morrison-Bell Ville” que tantas veces la transitaran en las carreras de los '70/'80 cuando Bell Ville era el referente cordobés del canotaje argentino.
En todas las familias existe un rasgo distintivo, algún factor que los nuclea más allá del apellido, a veces es alguna profesión, características físicas, cualidades artísticas o deportivas, logros trascendentales en alguna materia en particular, ambiciones, posesión de dinero y hasta ausencia del mismo. Algo en que uno los nombra y ese rasgo viene indefinidamente a la cabeza… sin lugar a dudas que en esta familia el río, el “monte”, como le llaman los viejos y sobre todo el canotaje es su característica.
Y en la historia de la construcción de esa identidad el sábado pasado se escribió otra página del libro que comenzó hace tiempo cuando el joven “Ekar” de la década del ‘40, se rateaba de la escuela “La Terminal” para irse al río a bañar y pasear en botes de remo, esos que remás mirando para atrás.
Al tiempo y cansado de no poder observar lo que se avecina y con un pequeño préstamo que le alcanzó para la embarcación, los remos y la nafta para ir en moto a Rosario, trajo nuestra más querida reliquia familiar... la “Dayuma”, primera canoa canadiense que navegara nuestras aguas del Tercero y aquí se aquerenció.
El viejo "Ekar" hoy de 81 pirulos recuerda que “fue un 8 de diciembre y sería por los años ‘68”, vio como son las cosas con el tiempo las fechas se hacen difusas...
Esta primera embarcación fue la precursora junto a otras más de una riquísima historia bellvillense en el canotaje que ya fue bien reflejada por algunos historiadores en libros de nuestra ciudad. También alguna vez se vistió de gala y llevó cual carruaje a alguna reina en la fiesta de “Aquarama”.
Esto, en épocas cuando al río se iba en familia, o acaso no lo recuerdan en los años ochenta las carreras en categoría menores, cadetes, juveniles, mayores y hasta damas.
La reposera, esa de madera y lona, la lonita en el suelo para evitar las espinas de los talas, el termo y el mate y las infaltables galletitas con picadillo… el nieto junto a la abuela…
Hoy a más de 40 años de aquel arribo, la “Dayuma”, el "Ekar" con sus 80 y pocos, la "Pepi" y sus 70 y tantos, siguen teniendo ganas de venirse de Morrison.
El agua ya no es tan cristalina, las barrancas más comidas, menos pájaros en el serpenteante camino del río, las arrugas y el acompañamiento de hijos, nietos y bisnietos muestran que el tiempo pasó, pero las ganas y el espíritu es el mismo.
Valoramos y resaltamos la voluntad por hacer actividades que recreen y que sean factores de unión familiar para compartir tiempos con la naturaleza y la familia.
(*) Gentileza DiarioMarca.com.ar
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