Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  Opiniones  »  El sentido común y los fuegos artificiales
7 de Enero de 2010
Los lectores también escriben
El sentido común y los fuegos artificiales
Compartir Compartir Imprimir
Un lector se expresa en contra del gasto de los fuegos artificiales que demandó el pasado 30 de diciembre

"Yo los conozco. Triste mirada bovina asoma en sus ojos" (Serguein Esenin, poeta ruso)

Un círculo de locos, reunión clandestina:
- Matemos al sentido común
- Sí, pero que parezca un accidente
- Eso es muy del sentido común
- Fue un acccidente
- ¿No serás un infiltrado?

La amenaza está en pie, creo (quiero creer); faltan locos que la lleven a cabo. Cuerdos sobran. Los hay en las despensas, las peluquerías, en Rosetti y en Deporte 2000, en los cafés en la costanera, en el comedor, en la pieza. Levantate la remera y, capaz, encontrás uno, o mirate la suela del zapato, por ahí alguno es tan cuerdo que dejó que lo pisaras.
Digamos que ser cuerdo significa adaptarse a las reglas (escritas o no) que rigen el comportamiento social. Digamos que es ser ubicado, vivir “como la gente” (¿quién es “la gente”, dónde vive, qué colectivo toma, el 106 o el 104, o no toma colectivos, qué toma, entonces, sol?), hacer lo que los demás esperan de uno, vivir según la norma, o sea, ser normal, común.
Y resulta que es común ir al colegio Abraham Juárez y notar que hay un hueco del tamaño de un niño de primer año en la pared del aula. Y es común que en el barrio La Calera un grupo de vecinos tenga que actuar con prepotencia y anarquía y “usurpar” terrenos porque hace rato que piden un pedazo de tierra para vivir y no se lo dan. Y es común que compremos unas zapatillas de $200 sabiendo (u olvidando, que es peor) que hay por ahí cuántos niños que no tienen ni alpargatas sanas; pero claro, vos tenés que quedar bien en la fiesta a la que vas, no vas a caer con ropa barata, obviooooo.
Qué suerte la tuya, hay gente que sólo piensa en el nombre ropa, y no le sabe agregar ningún adjetivo (ni cara ni barata, por dar dos ejemplos), y sólo quiere ropa, para literalmente no andar desnuda.
Pues señores, matemos al sentido común, ¡degollémoslo! Porque parece que mientras 70.000 personas (al mando de un títere que relata la hazaña) miran arder de colores su cielo, olvidan lo opaco y mediocre que están sus tierras. Marx decía que la religión es el opio del pueblo. Porque se convencía a la gente de que esta vida es un valle de lágrimas, y que no importa cuánto suframos, que en la otra vida va a ser mejor; en el paraíso, en el cielo.
Todo sufrimiento acabará. Mientras tanto, la gente no hacía nada por cambiar su realidad terrestre, inmediata, cotidiana, porque estaba mirando al cielo, ocupada en esperarlo, y se distraía de esta vida real, de carne y hueso que tiene acá.
Pensé en Marx la otra noche, cuando veía a la gente a punto de contraer tortícolis, mirando con la boca abierta el vuelo veloz de las luces que tapaban las estrellas y contaminaban el lago en el que-no sé si se acuerdan-vive cierta variedad de peces, y bajan aves a beber y nadar en él; y hasta me pareció oír a un hombre con un micrófono que repetía que deberíamos sentirnos orgullosos de que este evento acontezca en nuestra ciudad, y que se estaban esforzando (¿quiénes, quién de nosotros?) para que adquiera carácter / importancia / nivel / jerarquía internacional.
No, gracias, yo, paso. No quiero ser internacionalmente consumidor de opio. No quiero ser un distraído con tortícolis que excede la geografía argentina. Pensé en Marx la otra noche, cuando los novios se abrazaban para mirar los fuegos (los fuegos, novios, debieran estallar dentro de ustedes-no éstos, los artificiales, sino los naturales, y por eso abrazarse y correr por las calles regalando abrazos a cuanto triste encuentren por ahí) y no sabían/no se acordaban/no les dolía la plata delirante gastada en los fueguitos, siendo que hay tanta gente en la ciudad (Villa María, aunque no lo crean, no empieza en la costanera y termina en el centro) que vive en la oscuridad de la hermana pobreza, muy muy desabrazada.

Un cuadrado de cuerdos, reunión permitida:
- Matemos al que escribió este artículo
- Sí, pero que parezca un accidente
- Qué buena idea, lo mismo estaba pensando yo
- Somos dos genios, por eso
- No, los genios están locos… ¿no serás un infiltrado?

Mauro Guzmán
DNI 33592075



Otras notas de la seccion Opiniones
  • Escriben los lectores
  • Escriben los lectores
  • Una historia, entre tantas
  • Los lectores también escriben
  • Lamentable


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba