La reciente muerte de Sandro continuará despertando viejos recuerdos de artistas, periodistas y fanáticos que han podido conocerlo personalmente, al menos por un rato nomás.
Por ejemplo, la periodista Marcela Sampo envió a nuestra Redacción una imagen y una entrañable anécdota con el “Gitano” en nuestra ciudad. Aquí se reproduce: “Me acuerdo cuando entrevisté a Sandro, fue a fines de los ochenta. Yo trabajaba en el canal de TV de Villa María, para la frecuencia local.
Era la temporada de recitales de verano y él estaba a punto de salir al escenario. Sin embargo con la humildad esa que sólo tienen los grandes, se tomó unos minutos para contestar con una sonrisa algunas preguntas, sin apuro, con simpatía y siempre con una broma lista para escapar ante la menor provocación del interrogante. No soy una fanática de Sandro, pero puedo afirmar que era un 'lord'. Con ese ángel que tienen los atorrantes, eso era lo que le daba el toque especial, necesario para brillar en el firmamento de los grandes, de las verdaderas estrellas, donde seguramente ya tiene un escenario con su nombre. Un hombre que nunca se creyó el personaje que él mismo vendía, que no se dejó tentar por fuegos fatuos. Firme a sus convicciones vivió la vida que quiso, sin la devoradora necesidad de andar mostrándose para obtener más fama, ni aún en sus comienzos. Sandro merece hoy que lo acompañemos con una pequeña oración, para marcarle el camino de ascenso al cielo o sólo para agradecerle los momentos buenos y bellos que él dio a muchos, al brindarles sus canciones.

Por su parte, el lector Víctor Rojas alcanzó a este medio la imagen que conserva con Roberto Sánchez, Sandro, a quien encontrara en bambalinas en un alto de su recital en el Anfiteatro Municipal.
La foto data de los años ochenta, donde se lo ve al “Gitano” con su inconfundible sonrisa y su “pucho” entre los dedos.