Cuando la mayor parte de los argentinos nos disponíamos a disfrutar de unos días de descanso, esta semana reapareció el “tifón CFK” arrasando esta vez con las reservas y con el presidente del Banco Central.
Es difícil encuadrar esta situación desde un aspecto lineal, por cuanto hay diferentes intereses políticos y económicos que se cruzan en este verdadero vendaval de enero que se ha desatado sobre la Argentina.
Es por eso que, desde una posición técnica pero sin descuidar el aspecto político, intentaré exlicar las razones de esta decisión, su costo y las consecuencias que esto puede traer aparejado para la economía de 2010.
Más alla de los argumentos de la presidenta, está en claro que la apropiación de estos fondos están directamente relacionados con la decisión presidencial de reactivar fuertemente la actividad económica este año y el 2011 con el solo objetivo de tratar de mantener el poder en las próximas elecciones nacionales.
Además de esto, lograr un disciplinamiento político de aquellos gobernadores e intendentes que todavía se les resisten.
Más gasto público y más obras públicas (y más…“usted me entiende”), serán los destinos de estos fondos.
Pero esta decisión, que viola la Carta Orgánica del Banco Central, puentea al Congreso de la Nación e ignora la Constitución, conlleva un fuerte costo en términos de credibilidad al Gobierno nacional.
Esta situación se agrega a otras (resolución 125, nacionalización de las AFJP, etcétera), que han despertado el resquemor y la desconfianza en amplios sectores sociales, especialmente entre los productores y empresarios.
En función de este diagnóstico es de esperar que quienes tengan pensado realizar inversiones en los próximos meses, no lo hagan o sean menos importantes de lo planeado.

s Los capitales
y el dólar

Resumiento, más dinero dando vueltas, menos oferta de productos por menos inversiones con una mayor incertidumbre política, resultado: más inflación y posiblemente fuga de capitales.
¿Qué pasará con el dólar? Posiblemente parte de los fondos tiendan a refugiarse en el billete verde y esto dependerá de la profundización, o no, de la crisis política.
No observo una “disparada” en función de la debilidad del dólar en el mundo.
Ahora bien, en este escenario, ¿quién se perjudica más? Indudablemnte, los que menos tienen. Sus ingresos son “ limados” por el proceso inflacionario y es muy posible que la oferta de trabajo no tenga la recuperación esperada. Con menos trabajo y precios de productos más caros, pierden los jubilados, los trabajadores y a la larga perdemos todos.
Entiendo como positiva la intención del Gobierno de reactivar, de generar mayor consumo, más trabajo, etcétera; lo que no entiendo es el camino que ha tomado. La economía es un fenómeno que se desarrolla en la sociedad y en donde la confianza entre los distintos actores es un factor fundamental.
En un país con una rica historia en materia de inestablidad e inflación se hace imprescindile reforzar la institucionalidad y el respeto a las leyes para consolidar un horizonte más previsible y, en ese contexto, planificar un proyecto de crecimiento genuino y constante.
Lamenteblemnte, nuestros gobernantes sólo piensan en su propia suerte y en lo que se puede hacer en los próximos dos años, sin importar los costos que la sociedad tienen que pagar por ello.
Dicen que los Kirchner juegan a “ todo o nada” y entiendo que tienen razón, pero con el dinero y la riqueza de todos nosotros. Porque a su patrimonio lo tienen bien resguardado. Así es fácil, ¿no le parece?


Alberto Costa