Los vecinos de barrio San Nicolás ayer dijeron "basta". Después de reunirse con el comisario Inspector de la Policía Provincial Pedro Herrera y no contentarse con sus sugerencias, un grupo de 20 a 30 personas decidieron cortar el tránsito, amplificando el reclamo a la sociedad.
Con gomas incendiadas, los manifestantes se acercaron a las inmediaciones de calle Buenos Aires y Concejal Aimar prohibiendo el paso de toda la calzada. "No podemos vivir más así, antes no salíamos de noche y ahora no podemos salir ni de día. Ya no estamos seguros", señaló una vecina en el marco de la mentada reunión.
Ayer, después de las 17, el comisario arribó al centro vecinal del sector, en Catamarca y Nicolás Sarno, para participar de una cita pedida con anterioridad por vecinos damnificados. Los anteriores encuentros siempre se habían efectuado en la propia sede policial, por ello fue tan relevante la visita de la autoridad al mismo foco de la problemática.
Ante más de 30 personas, el inspector escuchó solicitudes de acción, sollozos e historias de vecinos desbordadas por la desesperación y la indignación.
Los presentes dieron cuenta del panorama de inseguridad que se vive en el barrio, apuntando especialmente a "3 o 4 adolescentes" que "se dedican a robar, provocar daños y destrozos y que, como son menores los detiene la Policía y salen al otro día", indicaron.
"Nosotros sabemos muy bien quiénes son y los tenemos identificados. Es más en este preciso momento ellos se han juntado aquí a la vuelta para burlarse de nosotros. Lo que no podemos entender que a su familia le damos bolsones o asisten al comedor y sus hijos nos pagan de esa manera", comentó otra vecina.
En un momento de la charla y ante la atenta mirada del comisario quien no emitió palabra hasta escuchar cada uno de los reclamos, alguien pidió que levantasen la mano aquellos que habían sido damnificados por robo o hurto. La gran mayoría sostuvo su brazo en alto.
Los pasajes más dramáticos resultaron los relatos que aludían a casas desvalijadas completamente y a vecinos que no dejan salir a sus hijos afuera de noche por miedo. "No puede ser que tres o cuatro chicos tengan al barrio en su poder. Parece que somos presos de ellos. Queremos que se vayan", lanzaron los vecinos más enardecidos.
Del mismo modo, indicaron: "Si ellos roban y luego venden es porque alguien les compra. Sabemos que lo que nos han robado ha aparecido en casas de nuestros propios vecinos", puntualizaron.

@Insatisfechos

Momentos antes de que hablara el comisario, uno de los presentes se paró y espetó al inspector: "Usted en noviembre se comprometió a concretar una reunión con la jueza de Menores, pero nunca se concretó".
Por su parte, el comisario Herrera prometió intensificar la presencia policial en el barrio, a través de operativos de saturación y el inicio de las gestiones para la anhelada reunión con la jueza. Por ello, mañana un grupo de vecinos se acercará a la unidad departamental para concretar el pedido formal.
Asimismo, los presentes no terminaron satisfechos luego de su encuentro. Máxime cuando el inspector les indicara que no se habían recibido tantos llamados al 101 (para aviso de posibles hechos delictivos), como se había acordado en una anterior reunión. En tanto, el operativo "saturación" tampoco les resultó una panacea. "De esa manera, los móviles policiales se concentran en el barrio durante unas horas pero después deben trasladarse a otros barrios del sector para hacer el mismo trabajo, lo cual demora el regreso a nuestras calles. Encima, los domingos muchos móviles deben dirigirse a la costanera y nuestro barrio puede quedar desprotegido."