"Villa María, es la ciudad en la que nací, pero es también una ciudad de recuerdos muy felices", confiesa a EL DIARIO el escritor Mariano Pereyra Esteban. Recientemente ganador de la 26º edición del Premio Internacional Juan Rulfo en el género Cuento con su obra "El metro llano", el artista que viviera desde pequeño en Santa Fe y actualmente reside en Capital Federal da cuenta de su actualidad profesional, de su obra galardonada y de las postales imaginarias y lejanas de nuestra ciudad.
¿Desde cuándo comenzaste a escribir con aspiraciones de publicación o premiación?
- “Escribo desde que tengo memoria. Sinceramente, no escribo con aspiraciones de publicación o premiación. Escribo por necesidad. Publicar un libro es muy distinto a escribir, es necesario aprender otras habilidades. Me encantaría publicar, lo he intentado, pero recibí muchas notas de rechazo. Si un escritor depende de los premios o las ediciones, creo que tiene poca vida. El ego del escritor está acorazado, no por vanidad, sino para soportar negativas y seguir escribiendo. Tengo cientos de mails y notas de rechazo, casi diría que las colecciono. Creo que aunque desaparecieran las editoriales y los premios literarios los escritores seguirían escribiendo.”
En una entrevista reciente admitió haber escrito su obra premiada "tres días antes de enviarlo, a las apuradas". Ahora, en el presente cuestionario señala que "no vive de la literatura".
Vale decir que Pereyra Esteban compitió frente a un aluvión de 4.753 cuentos, procedentes de América Latina, España, Francia, Estados Unidos y otros países, recibiendo finalmente 5 mil euros.
¿Tu mayor ocupación es la literatura o profesás otra vocación a la par?
- “Trabajo en el Ministerio de Educación de la Nación y soy docente e investigador en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica de Santa Fe. No vivo de la literatura, con mi trabajo compro tiempo y tranquilidad para poder escribir. Sin sustento económico no hay posibilidad de desarrollar otras actividades.”
¿La práctica literaria deviene de un entorno familiar de bibliotecas repletas, de una inquietud repentina?
- “Mi práctica literaria es resultado de las historias escuchadas o leídas. Mi abuelo me contaba historias maravillosas, historias que después encontré en los libros. Comencé a escribir debido a la admiración hacia los que saben contar, procurando aprender estrategias y formas de jugar con el lector.”
¿Actualmente qué producciones literarias tenés en tu haber?
- “Tengo cinco novelas escritas y casi una centena de cuentos. Todo inédito o publicado en ediciones pequeñas, como parte de antologías y publicaciones resultantes de premios literarios. Siempre me incliné hacia el cuento, pero desde hace algunos años también he incursionado en la novela.”
¿Cómo te decidiste a enviar tu cuento al concurso?
- “La acción de enviar a concursos, en mi caso, es aleatoria. Participo de concursos cuyo nombre me atraiga o de los que tenga alguna referencia. También influye mucho el hecho de poder enviar las obras vía mail (lo que hace mucho más accesible la participación).”
Para que el lector conozca la dimensión del premio, ¿qué significa ganar un Rulfo para un escritor joven?
- “El premio Juan Rulfo de París es un certamen internacional, organizado por Radio Francia, el Instituto de México en París, La Unión Latina, la Casa de América Latina, El Instituto Cervantes, El Colegio de España y Le Monde Diplomatique. Ahora, la verdad, es que no sé qué significa ganar este premio. Es un impulso a la voluntad para escribir después del trabajo, para vencer al sueño y al cansancio. Es un orgullo saberse elegido siendo un absoluto anónimo, soy un escritor como otros miles, fuera de cánones literarios, sin pertenencia a grupos ni reconocimiento público.”
En notas periodísticas que has concedido declarás que el cuento es una paradoja. ¿Podrías explayarte en ello?
- “El cuento es una carrera de un metro, en la que los objetivos son inversos a las carreras reales. Es un cuento cargado de exageraciones, relatado por un periodista al que no le alcanzan las palabras para demostrar su asombro. ‘El metro llano’ es una paradoja, una carrera de un metro, en la que gana el último en llegar a la meta. Mi intención fue crear una competencia absurda como herramienta literaria para satirizar algunos aspectos de la realidad.”
¿Qué ligazones tenés todavía con Villa María?
- “A los dos años (más o menos) mi familia se trasladó a Santa Fe. En la ciudad quedó medio árbol genealógico, es decir, toda mi familia paterna. Varias veces al año volvíamos a Villa María a visitar a nuestros parientes y amigos. Recuerdo con alegría las Pascuas y el Año Nuevo. Con mi familia siempre nos sentimos muy queridos. Hoy ya no vuelvo tan seguido, tengo mi propia familia y resido en Buenos Aires, pero debería intentar regresos más seguidos ya que tengo tíos, primos y amigos en la ciudad, gente muy querida e importante para mí, que son parte de mi vida y mi alegría.”