Las lluvias y las altas temperaturas, multiplican la reproducción de plagas en los sembrados, poniendo en riesgo los rindes y resultados finales, por lo que los productores deben estar alertas teniendo en cuenta algunas pautas de manejo con las que se pueden evitar los daños.
El maíz, el sorgo, las alfalfas y también la soja están corriendo riesgos por las altas temperaturas. Las principales plagas presentes en estos momentos son la isoca medidora y la isoca militar o isoca cogollera, sin hacer discriminación de sembrados.
El INTA Villa María trabaja afanosamente en el tema, informando a través de su titular, Sergio Dequino, que las trampas nocturnas cada vez atrapan más mariposas por lo que se le envía a los productores el informe semanal para que puedan prever y controlar las mismas.
El Diario Rural dialogó con el Ingeniero José María Imwinkelried del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Manfredi, especialista en plagas, quien refirió la siguiente:
“Con respecto a lo que está pasando en el agro ambiente, en este momento, fundamentalmente estamos teniendo isocas que atacan a los cultivos de maíz y sorgo mayoritariamente. La isoca llamada “cogollera”, que como lo indica su nombre ataca al cogollo de la planta, es un insecto que ha aumentado su población en los últimos años atacando no sólo sorgo y maíz, sino también mijo y moha incluidos. En principio habitan en las gramíneas, pero también ahora puede encontrarse en la soja -a pesar que no es uno de los cultivos de preferencia de esta especie-. Y como fundamentalmente ataca primero a las gramíneas, y estas se combaten con herbicidas, en los sembradíos de soja se suben a la planta atacando fuertemente a las mismas”.
Señaló también que “como ataca el cogollo central del tronco de la planta, entonces cuando el productor la descubre en ese lugar precisamente, ya es muy difícil combatirla, porque en las hojas centrales, va dejando un `aserrín´ que es el excremento de las larvas que se van provocando a medida que come la planta, por lo que es indispensable el control semanal permanente, para descubrirla antes de que llegue al cogollo; porque entonces todo tratamiento puede resultar tardío y es muy difícil controlarla químicamente”.
Explicó luego la importancia del control para descubrirla a tiempo: ‘Cuando se advierte en lotes de maíz o sorgo, en plántulas de cinco a seis hojas la presencia de pequeñas perforaciones o `ventanitas´ o pequeñas manchitas blancas, ese es el momento apropiado y justo para combatirlas, antes que la planta desarrolle su potencial adulto y suban al cogollo”.
“Este es el momento oportuno para aplicar el insecticida correspondiente, porque la larva está a la vista y expuesta”, remarcó.

s Observación
semanal

La observación semanal “debe ser una de las pautas obligadas en el sistema de manejo y control de los cultivos, ya que detectar a tiempo, significa salvar el sembrado, puesto que es tan grande el crecimiento de estas colonias que atacan a todos los sembrados, por lo que en especial en los lotes que han sido sembrados con gramíneas y tratados con glifosato tienen mayor desarrollo”, dijo.
El ingeniero del INTA apuntó además que, “en general, en verano, cualquier insecto se reproduce, y las altas temperaturas y la excesiva humedad reinante en el ambiente son campo fértil para el desarrollo de los mismos, ya que cumplen con creces su ciclo biológico que se acortan con estas manifestaciones climáticas, por que también han desaparecido los enemigos biológicos naturales de estos insectos con las fumigaciones frecuentes en los lotes, siendo de buen resultado utilizar paños de lienzo de un metro cuadrado y hacer recuento de larvas para establecer porcentaje de las mismas”.
El profesional explicó que “cuando haya un quince por ciento de las plantas afectadas, es necesario actuar con los químicos de control, ya que aún la larva no ha profundizado su ascenso al cogollo, lo que hace muy dificultoso el control”.
“En este momento se han encontrado grandes poblaciones de isoca medidora en las sojas de segunda y hay que tener en cuenta que las poblaciones de isoca medidora aumentan en enero y a principios de febrero, teniendo en cuenta que para la soja, la toma de decisión del combate de plaga se realiza cuando las plantas afectadas ascienden a un treinta por ciento, contando las larvas presentes en un metro lineal. Esto teniendo en cuenta que es menos grave en el estado vegetativo de la soja que en el estado reproductivo”, añadió.

En girasol

“En girasol, hay que controlar que no coman las hojas superiores, las cercanas a la flor, ya que si atacan las inferiores, el daño es casi nulo, porque éstas al no recibir radiación solar, si desaparecen por el ataque de las larvas, no sufre la planta ni la reproducción, razón por la cual es menos peligrosa en estos cultivos. En caso de encontrar entre cinco a seis larvas en la parte superior de la planta, hay que tomar decisiones de combatirlas. Otras plagas también han aumentado sus poblaciones, pero no han afectado significativamente a ningún sembrado”, afirmó.
De todas maneras, el profesional reiteró la necesidad de control permanente en los cultivos para evitar fracasos en las cosechas.