Cerca de sesenta trabajadores firmaron una carta solicitando una audiencia extraordinaria en el Concejo Deliberante, al considerar que deben ser escuchados por los ediles en el marco del conflicto con el Ejecutivo por la demora, en dos meses consecutivos, del pago de los sueldos.
Y, según la delegada Mónica Gramaglia, hubo presiones por parte del municipio a algunos de los empleados que firmaron ese escrito.
Gramaglia indicó que “la secretaria de Gobierno, Sandra Bossa, ha tomado represalias con algunos compañeros que firmaron la carta” ante esta situación originada por los “pagos de sueldos fuera de término”.
“Hubo compañeros que hablaron en asamblea y como hubo mociones en contra del intendente se tomaron medidas. A uno le modificaron las condiciones laborales, de albañil pasó a cumplir tareas generales, siendo que, por ley, las condiciones laborales deben ser mejoradas”, acusó la delegada en diálogo con EL DIARIO.
La representante laboral advirtió que “no soy solamente yo la que promueve estas cartas sino que somos muchos en la lucha”, nombrando a los delegados José Lazos, Carlos Rodríguez y Abel Fraccarolli.
“Todos estamos trabajando por el bien de los compañeros y defender los derechos no es poner palos en rueda”, enfatizó.
Resaltó que las 60 firmas “tienen que indicarle al intendente que el malestar es de todos”.
“Supe que la secretaria de Gobierno llamó a cuatro empleados de planta permanente para ver por qué firmaron la nota. Es hostigamiento, en lugar de ocuparse en llamar a los empleados, deberían poner empeño en juntar el dinero para abonar los sueldos”, lanzó.
Gramaglia se preguntó por qué el Ejecutivo, encolumnado al Gobierno de Cristina de Kirchner, “no sigue el discurso de la presidenta que resalta a la clase obrera”. “No hay concordancia en su gestión con esos lineamientos”, concluyó.
Este medio buscó ayer, sin suerte, la palabra de Sandra Bossa.