Escribe: Licenciada Silvina Scaglia

La obesidad es una enfermedad crónica multifactorial, que acorta la expectativa de vida y que compromete a un alto porcentaje de la población en los países desarrollados y donde intervienen factores genéticos, conductales y psicosociales.
Es importante saber que obesidad es el nombre de la enfermedad y que gordura es el signo más visible de esa enfermedad.
Actualmente la obesidad se incluye dentro de las alteraciones de la conducta alimentaria, junto con la bulimia y la anorexia nerviosa, y esta patología va más allá de la simple consideración de la cantidad de grasa corporal.
Lejos de ser un problema meramente estético, es un problema sanitario de gran importancia que debe ser encarado como tal, debido a que la obesidad aumenta los riesgos de otras enfermedades como: diabetes, hipertensión, ateroesclerosis e insuficiencia respiratoria. Aumenta también los riesgos quirúrgicos.
Una ingesta excesiva conduce al sobrepeso y esto se encuentra frecuentemente asociado a los hábitos higiénicos dietéticos erróneos. La importancia de las conductas familiares en la alimentación son preponderante.
Por otro lado la obesidad es un problema social que incide en la vida de las personas y repercute en el trabajo y en la economía. En las grandes ciudades se privilegia la rapidez y la caminata deja de ser útil.
En consecuencia la obesidad se convierte en una epidemia, resultado del desequilibrio entre la ingesta de grasas y calorías y la imposibilidad de gastarlas.
Debemos comprender que la obesidad no es un problema meramente estético y que reduce la expectativa de vida de quién la padece.


Hasta la próxima...