El nacimiento de un bebé es sin duda un acontecimiento feliz y del que todos quieren participar. La familia entera y los amigos de los flamantes papás quieren decir presente, ayudar y ser parte de este gran momento.
Las indicaciones que recibimos de los médicos son claras y precisas, “el bebé necesita en las primeras horas conocer a sus papás, relacionarse íntimamente con su mamá y aprender a mamar; por lo tanto los profesionales de la salud que están al cuidado del bebé y de la parturienta piden que las visitas sean prudentes y respetuosas”.
Este es un tema que siempre sale a la luz en el taller cuando hablamos de las primeras horas con el recién nacido.
Lo que observo es que a la mayoría de los futuros papás les cuesta contarles y/o pedirles a sus seres queridos que no asistan a la clínica o que permanezcan por poco tiempo. Las parejitas tienen miedo de ofender a alguien y muchas veces quedan con un mal recuerdo por la cantidad de visitantes que tuvieron durante la internación, los cuales asistieron siempre con buenas intenciones, pero ocuparon las pocas horas que la puérpera debió dedicar a descansar y a cuidar a su bebé.
De igual manera pasa durante el trabajo de parto, si la sala o la habitación se encuentra llena de gente a la espera del nacimiento, la embarazada puede sentirse invadida, confundida e incómoda. Mientras la mamá dilata y espera al bebé sólo un acompañante será suficiente para ayudarla (puede ser la pareja, la madre, la hermana, etcétera).
Por otro lado vamos a imaginar que somos el recién nacido, pasamos de ser una célula a un ser humano en la pancita de mamá, con la temperatura justa, flotando y nadando en el líquido amniótico, en donde la luz ingresaba en forma tenue y los sonidos llegan en la medida justa. De ahí la frase tan conocida como “el mundo color de rosa”. Esta vida ideal es la que experimentamos dentro del útero materno. La comida llega por el cordón umbilical, nunca hace frío o demasiado calor, el bebé tiene todo lo que necesita.
De repente en el cuerpo de mamá comienzan a desencadenarse una serie de fenómenos que hacen que el bebé se prepare para nacer (eso en el mejor de los casos, ya que cuando el nacimiento es por medio de una cesárea programada y no existió trabajo de parto el bebé se verá sorprendido). Deberá abandonar el útero materno y todo lo que conocía para pasar a experimentar sensaciones completamente diferentes. Luego del momento expulsivo el bebé tendrá que comenzar a respirar por sí solo, regular su temperatura, conocer a sus padres (mamá y papá) aprender a alimentarse y a prenderse bien del pecho, comenzará a sentir el peso de su cuerpo y su intestino deberá comenzar a trabajar, tendrá que llorar para llamar a mamá, adaptar sus ojitos a la nueva intensidad de la luz. El recién nacido es un disco en blanco que irá incorporando todo de a poco.
Supongamos ahora que este recién nacido pasa de brazos en brazos, observando diferentes caras, sintiendo diferentes olores, escuchando diferentes tonos de voz. Imaginemos sólo por un momento cómo nos sentiríamos.
Les voy a dar ahora unos pequeños consejos para la hora de visitar al recién nacido:
- Las visitas pueden comenzar pasadas las primeras tres horas del nacimiento.
- Si la mamá tuvo una operación cesárea, la visita debe ser corta.
- Las mamás que han sido operadas tienen indicación de hablar lo menos posible, por lo tanto las preguntas pueden estar de más.
- El bebé tiene que estar con su mamá y no puede pasar de brazos en brazos.
- Si el visitante está resfriado, con dolor de cabeza y fiebre, tos o con algún síntoma de enfermedad no se recomienda ingresar al sitio donde está el bebé.
- Al bebé no hay que besarle las manos, ni la boca.
- No se recomienda el uso del chupete en los primeros días de nacido. Primero se debe afianzar la lactancia materna y luego el chupete puede ser un aliado.
- El uso del alcohol en gel o el lavado de manos antes de tocar al recién nacido debería ser habitual.
- La visita debe ser corta, luego tendrán toda la vida para estar con la mamá y el niño.
- Se recomienda que no haya muchas personas en la habitación.
- Se debe respetar el sueño de la madre y del recién nacido.
- Todo el que asista a la clínica tiene que estar dispuesto a ayudar.
- Siempre hay que respetar las normas de la clínica y las indicaciones del médico.
- Los horarios de visita son para beneficio del internado. Tenemos que respetarlos.
Para los futuros papás: hablen y cuéntenle a sus seres queridos cuáles son sus deseos y qué es lo que pretenden para las primeras horas con su bebé y el trabajo de parto.
Para los familiares y amigos: esta hermosa familia que se acaba de formar sabe que están ahí para cuando los necesiten, traten de respetar los deseos de estos papás. Tal vez ellos les pidan que vayan todos a la clínica y que se queden haciéndoles compañía, o puede que quieran estar solos y necesiten intimidad. La mejor manera de demostrarles su amor es respetando sus decisiones.

Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
vdga@arnet.com.ar