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Hay que separar el peso de la imagen corporal de la autoestima: una persona no vale lo que pesa |
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unque los medios de comunicación muestran actualmente un gran interés por los trastornos alimentarios, no siempre este interés parece haber servido para informar sobre ellos; más bien parece que los enmarca en un mundo fashion. Todavía nos encontramos con dudas, errores de concepto sobre sus causas, los riesgos que implica y tratamientos eficaces. El acceso al tratamiento es aún muy difícil para algunas pacientes y su entorno no sabe cómo ayudarlas. Es común escuchar que algunos médicos no las entienden y esto aumenta su sentimiento de culpa y soledad.
Según el manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales DSM IV, los criterios para la bulimia son muy claros, por lo que un profesional no debería tener problemas a la hora de poder diagnosticar; y a partir de un buen diagnóstico se puede planificar una buena estrategia terapéutica.
En la bulimia nos encontramos fundamentalmente con pacientes que utilizan métodos compensatorios cuando consideran que han comido grandes cantidades de alimento o que el mismo tiene muchas calorías. Los métodos compensatorios van desde el vómito hasta el uso de laxantes, diuréticos o el ejercicio físico exagerado.
Temas como control versus descontrol, espontaneidad de la autorregulación versus dietas compulsivas y alteraciones en el deseo de comer, son algunos de los temas que podemos observar en el discurso de los pacientes.
Existen elementos comunes a todos los trastornos de la conducta alimentaria:
La obsesión por el peso y la figura corporal y las prácticas reiterativas para controlarlo.
Las personas que sufren estos trastornos están tan obsesionadas con la comida y el comer que disponen de poco o nada de tiempo para pensar en estar bien y mucho menos tienen las condiciones de estabilidad emocional mínimas para tener un buen desempeño en sus actividades cotidianas (laborales, escolares o sociales).
Como en todos los trastornos alimentarios, para alcanzar los objetivos buscados se debería incluir en el sistema terapéutico a las personas que estén involucradas en el entorno de la paciente, ya que este trastorno es multifactorial y complejo; por lo tanto su abordaje debe plantearse de la misma manera.
Como profesionales creemos que lo importante para trasmitir es lo siguiente:
- Tomar conciencia y rechazar ideales arbitrarios de belleza, como sinónimo de delgadez extrema.
- Aceptar y valorar diferentes aspectos y formas corporales, y rechazar las presiones absurdas de la moda.
- Separar el peso de la imagen corporal de la autoestima: una persona no vale lo que pesa.
- Pensar qué genera tanto sufrimiento y confusión, qué pasa emocionalmente y el motivo por el cuál se ha desplazado el consumo de alimentos.
- Entender que los alimentos son sustancias que nutren y dan placer, y que la salud y la belleza física están íntimamente relacionadas con una buena alimentación.
Es importante querer lograr el bienestar. Poder encontrar modos de conseguir desarrollos personales y darse cuenta de que la búsqueda de la delgadez no sólo no ayuda, sino que dificulta hasta impedir que uno logre lo que realmente está buscando.
María Gabriela Pihen
Lic. en Psicología
MP: 2403
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