El 18 de enero de 1983 moría, en Cruz del Eje, una figura patriarcal en la Unión Cívica Radical: don Arturo Humberto Illia.
Había nacido el 4 de agosto de 1900, en Pergamino, provincia de Buenos Aires, iniciando sus estudios de Medicina, en la Universidad Nacional de Buenos Aires, en el mismo año en que el movimiento estudiantil sentaba las bases de la universidad moderna, en la Argentina y en toda América Latina: la de la libertad de pensamiento, el gobierno tripartito y de acceso gratuito, es decir la que se conoce históricamente como la Reforma Universitaria.
Se convirtió en presidente de la República el 12 de octubre de 1963, para llevar adelante un nuevo intento por recortar el carácter faccioso de las Fuerzas Armadas, que se habían convertido en el partido militar en el país.
Dedicó su vida a los demás, oficiando como médico en Cruz del Eje, pero también en la militancia activa en la Unión Cívica Radical, convirtiéndose en vicegobernador de Córdoba entre 1940 y 1943, acompañando a Santiago del Castillo. Ya lo llamaban el Apóstol de los Pobres, por su dedicación a los enfermos sin recursos económicos.
Armó su familia con Silvia Elvira Martorell, con quien crió a sus hijos: Emma Silvia; Martín Arturo y Leandro Hipólito.
El 20 de abril de 1948 asume como diputado de la Nación, cargo que desempeña hasta el 30 de abril de 1952, formando parte de las comisiones de Obras Públicas e Higiene y Asistencia Medicinal. Luego del golpe que lo derrocó, el 28 de junio de 1966, se trasladó a Martínez, en la provincia de Buenos Aires, donde residió alternando viajes a Córdoba.
La trayectoria de don Arturo Humberto Illia resume los mejores valores en los hombres clave de la historia de la Unión Cívica Radical: llegó pobre a la política y dejó este mundo en medio de una pobreza franciscana, que supieron mitigar algunos amigos del alma residentes en diversos puntos del país. Un repaso de sus escritos y palabras a lo largo de su extensa vida política; la integridad con la que soportó el escarnio promovido por fuertes factores de poder económico, lejos de sumir su figura en las sombras de la historia argentina, la engrandecen y resaltan.
Siempre se dijo, pero más importante aún, nunca se desmintió, que el golpe en su contra a manos del poder militar manejado por enanos intelectuales, tuvo el signo de la industria farmacéutica, afectada por la tesonera labor de uno de sus preclaros colaboradores, el doctor Arturo Oñativia.
Illia se proyecta nítidamente en el firmamento partidario, sirviendo de guía a los jóvenes que aspiran a luchar por una sociedad más justa, participativa y solidaria.

Comité de Circuito Villa María de la Unión Cívica Radical