"Avatar", de James Cameron, se superó a sí mismo, al recaudar más millones de dólares que su anterior "Titanic", que estaba en primer lugar. Si de cifras hablamos, en las salas de Sud Cinemas, ya superó las cinco mil personas, para un filme en el que sólo vale verla en pantalla gigante, si es 3D mucho mejor. Cameron ya está en la grilla de los grandes directores como Spielberg, Ford Coppola, entre otros, que han aportado a grandes producciones, para que el público vuelva a valorar al cine como espectáculo de masas y mucho mejor, su regreso a la socializadora sala cinematográfica.
Si bien hoy en día se tiene en cuenta la parafernalia de los efectos especiales, la clave está en usarlos en función de la trama, una de las mejores virtudes del director canadiense residente en Hollywood. Podemos hablar de "Terminator", para la época de su primera producción, toda una novedad, sin olvidarse de su costado político. El fin del planeta, producto de la codicia humana con todo su armamentismo, la lucha de clases entre los de arriba y los de abajo en "Titanic", Cameron es un director completo para disfrutarlo.
Trama. Un marine parapléjico acepta el proyecto Avatar para investigar el mundo NaVi en el planeta Pandora. Su objetivo es poder sentir sus piernas y de paso lograr volver a tenerlas. Infiltrado y mimetizado con la tribu, aprende de su vasta cultura y su relación armónica con la Naturaleza.