Después que la Municipalidad decidiera dejar sin efecto 10 contratos de mujeres trabajadoras que integraban la Guardia Preventiva Urbana (GPU), se produjeron una serie de inconvenientes, especialmente frente a algunas escuelas que por tres días no tuvieron control de tránsito.
Concretamente, frente al Jardín Antonio Sobral, durante las jornadas en las que no estuvieron las chicas, se produjo un pequeño accidente cuando una camioneta intentaba estacionar y se “llevó puesto” otro vehículo sin ocupantes.
Pero además de ese accidente concreto, padres de alumnos comentaron la preocupación que generó porque cuando los niños salen de la escuela, deben cruzar la calle hacia el estacionamiento de motos y con los autos circulando normalmente, se multiplica el peligro.
Cabe recordar que la guardia urbana desviaba los coches por Santiago del Estero, dejando libre el frente del jardín.
También hay que señalar que, sin el control, los vehículos estacionan en el lugar destinado a las motos o a los taxis escolares.
Ayer, ante ese panorama, las autoridades de Tránsito, decidieron afectar otra vez personal al frente de las escuelas que generan más concentración vial. Ya no son las chicas de la guardia urbana, sino empleados del área que seguramente antes de la decisión de no renovar el contrato de las 10 trabajadoras, estaban abocados a otra tarea.
Cabe recordar que Héctor Bersano, titular del área, dijo a EL DIARIO que la decisión de no renovar los contratos fue tomada en virtud de “que la guardia urbana no demostró los resultados esperados”. Sin embargo, parece que la realidad indica otra cosa.

Enferma y sin trabajo

De las 10 chicas, hay que señalar que al menos una, está con carpeta médica.
Se trata de una trabajadora que padece una afección en el coxis y que tenía licencia por la enfermedad hasta el 15 de setiembre.
La legislación laboral vigente prohíbe cesantear a ningún trabajador -independientemente de la figura contractual- durante el proceso de una enfermedad.