Los mismos tienen como principal objetivo fomentar hábitos saludables con el fin de evitar problemas o inconvenientes de salud propios de la época, tal como la diarrea estival, sobre todo en niños.
Desde la dependencia gubernamental que coordina la doctora Mildren Del Sueldo se hace saber que la diarrea estival es una infección que produce abundante pérdida de agua y minerales por el aumento de la cantidad de deposiciones, ya que el calor favorece la multiplicación de los virus y bacterias que la causan y de los insectos que los transportan.

Alimentos contaminados

La mencionada afección puede producirse por ingerir agua no segura para el consumo humano, sin potabilizar o sin hervir previamente, así como de alimentos contaminados por insectos, por manipulación con manos sucias, por utilizar los mismos utensilios para alimentos crudos y cocidos, por insuficiente cocción, por falta de adecuada refrigeración, por acumulación de basura o residuos en el lugar.
Desde el área de salud municipal también se hizo saber que los principales síntoma de esta enfermedad son: diarrea, vómitos, fiebre y decaimiento, que pueden provocar la deshidratación.
Por lo tanto se recomienda: lavarse las manos con agua y jabón al preparar y servir la comida, hervir la leche y el agua que tomen los niños, dejar enfriar todo lo que hierve antes de consumir, tirar los restos de bebidas (jugos, agua y leche, entre otros) que queden en la mamadera.
Así también, se sugiere lavar los utensilios antes y después de usarlos, higienizar el chupete o la tetina con agua hirviendo cada vez que se caiga al suelo o se ensucie, lavar frutas y verduras con agua potable o hervida, así como mantener tapado el tacho de basura y combatir moscas e insectos.

Cuidado de los niños

Para el cuidado de los más pequeños se recomienda darles agua hervida y enfriada, y si vomita esperar 20 minutos e intentarlo nuevamente (se sugiere hacerlo de a poco, a cucharaditas).
Si es posible ofrecerles líquidos que contengan minerales, no abrigarlos, sobre todo si tiene fiebre; es clave recordar que el exceso de ropa aumenta la transpiración y hace que pierda más agua.
Es importante mencionar que ante cualquier duda se debe consultar al médico ni bien el niño tenga excesivas deposiciones. Asimismo se aconseja que hasta llegar al centro de salud o al hospital más cercano, no se debe dejar de ofrecerle leche materna o mucho líquido y -si no vomita- su comida habitual. Recuerde que la leche materna protege al bebé de diarreas y otras enfermedades.