Un día después que los jueces dieran a conocer el fallo en la causa por la sonada tragedia de LAPA, en el cual resultaron absueltos seis de los imputados y otros dos fueron condenados a prisión en suspenso, Oscar y Silvia Serrano, hijos del villamariense Aldo Serrano, dirigente de Luz y Fuerza que murió en aquel trágico episodio, conversaron con EL DIARIO, expresaron sus sensaciones y adelantaron algunos de los pasos que van a seguir junto con los 12 familiares de víctimas que quedan en litigio (fallecieron 65 personas) a partir de este revés que les ha dado la Justicia.
En la sala de estar de la casa de Oscar, los hermanos recibieron al cronista y al fotógrafo de este medio y, aunque aplomados y serenos, no se callaron nada.

Vacío, angustia y desolación

“La sensación, después del fallo, fue la misma que la del día de la tragedia: vacío, angustia, desolación. No lo podíamos creer.” Con esta frase Oscar sintetiza sus sentimientos, compartidos plenamente por su hermana.
“Esperábamos con ansias llegar al juicio porque suponíamos que iba a ser lapidario, ya que todas las pruebas, según entendíamos, demostraban sin lugar a dudas que no se había tratado de un accidente, sino de un estrago doloso”, agrega.
“Mientras escuchaba al juez, que decía la palabra ‘absuelto’, me preguntaba si no era que estaba escuchando mal. Y después comprobé que a los demás familiares les pasaba lo mismo. Es que era sencillamente increíble”, apunta Silvia.

Pruebas de sobra

Ambos hermanos coinciden en indicar que “las pruebas del delito se centraban en que Lapa era una empresa que se manejaba al filo de la navaja. La mayoría de los testimonios indicaban eso. Estaba probado, por peritos internacionales, que el piloto nunca había rendido bien un examen en primera instancia y, sin embargo, le permitían volar”, explica la mujer.
“Había que probar que los responsables de la empresa estaban en conocimiento de lo que ocurría. Y eso quedó demostrado por los testimonios”, agrega Silvia.
“No se trató de una falla humana, por eso yo no lo llamo accidente, lo llamo estrago”, remarca Oscar.

Seguir hasta la última instancia

Los hermanos Serrano no tienen dudas de que van a llevar el caso hasta la última instancia y van a recurrir a todos los argumentos legales a su alcance para tratar de revertir esta decisión de los jueces. Y en esto se saben acompañados por los demás familiares. Son un grupo muy sólido, aseguran.
“Vamos a apelar, desde luego, sólo que hay que esperar. Porque la casación hay que presentarla un mes después de que el Tribunal dé a conocer los fundamentos de la sentencia. Eso será el 31 de marzo y tenemos hasta el 31 de abril para casar, porque ese día prescribe la posibilidad de interponer medidas y se cierra el caso. Estamos un poco complicados por los tiempos, pero vamos a apelar. Y si es necesario, vamos a llegar hasta la Corte Suprema de Justicia. Porque, elementos para casar la sentencia hay. Incluso, el fallo no fue unánime, ya que uno de los integrantes del Tribunal, la jueza, a la hora de votar se abstuvo, así que el fallo no fue unánime.”

Socializar el caso

Conscientes de que la tragedia no sólo comporta un hecho judicial sin precedentes, los familiares de las víctimas intentarán que se reconozca el impacto social que implica tanto el hecho en sí como la resolución de los jueces.
“Se trata de un caso inédito en el mundo y no puede quedar impune. Y esa es la sensación que tengo, sensación de que hay impunidad, de que cualquiera que tenga plata puede hacer cualquier cosa en este país. Se atenta así contra los derechos fundamentales de la gente”, manifiesta Silvia.
“Yo se lo dije al fiscal y no le gustó mucho, pero no me lo podía callar. Le aseguré que la gente iba a pensar que le habían dado plata. No sé si les dieron dinero o no, pero no hay claridad en este caso, hay cosas raras... Incluso uno de los jueces un día me admitió que le estaban manejando el juicio, que no sabía qué hacer. Es que es gente muy poderosa, con mucho dinero, pero la Justicia tuvo suficiente prueba para condenarlos a prisión. Yo creo que ni el fiscal, ni los jueces actuaron con total compromiso. Y como siempre estaba dando vueltas el hecho de que la empresa ofrecía dinero, mucho dinero, se llegó a hablar de 50 mil dólares para repartir entre los familiares si dejábamos el asunto de una vez...”, expresa Oscar y abunda: “Una vez se lo dije a Jorge Lanata: ‘No se trata de dinero. Vos dame tu hija, yo la mato y después te doy doscientos o trescientos mil pesos y listo’ y el me respondió. ‘Está bien, ya entendí, no te pregunto más.’ Es que se trata de Justicia, no de plata”.

Un triste consuelo

“Hemos llevado adelante una lucha para que se haga justicia y por eso estamos tranquilos. Pero queremos que todo salga a la luz, aunque sea un triste consuelo. Pero este fallo es una cachetada, es un duro golpe porque la Justicia no es ejemplar”, agrega el hombre.
“Entiendo que la decisión del Tribunal es un revés a la sociedad, porque este caso no es sólo judicial, es un asunto social. Ya nos hemos puesto en contacto con Adolfo Pérez Esquivel, quien se comprometió a ayudarnos en lo que le sea posible”, apunta Silvia y adelanta: “Se comunicó con nosotros el gobernador Schiaretti. Mañana (por hoy), nos vamos a reunir con el ministro de Justicia de la provincia, porque ambos entienden que esto es una burla”.

Estallido

Consultados sobre cómo habían reaccionado en el recinto cuando leyeron la sentencia, tanto Oscar como Silvia dijeron que nunca, durante el juicio, habían pronunciado siquiera una palabra, “nada que pudiera obstruir o entorpecer el trabajo de la Justicia, porque estábamos confiados en ella. Ni un comentario, nada, siempre un respetuoso silencio. Pero cuando leyeron la sentencia estallamos. Es que la indignación fue tan grande...”.
Aunque sockeados aún por el veredicto, Oscar y Silvia Serrano, acompañados por los otros 12 familiares, siguen juntando energías para continuar con la lucha en contra de la impunidad.