El 15 de julio de 2004 la comisión “Pro Museo Ferroviario de Villa María” integrada por jubilados y familiares de ferroviarios y adherentes, anunció el comienzo de su tarea para organizar un centro captador de útiles y elementos en desuso, para mostrar a los “jóvenes de hoy” solamente una pequeña parte de lo que fueron nuestros ferrocarriles.
La comisión también hizo conocer de su actividad a funcionarios municipales aunque la espera por colaboración se prolongó más de lo esperado.
“Han transcurrido cinco años y siete meses. Hasta hoy, no hemos obtenido resultados favorables a nuestro pedido de un lugar físico para poder colocar los materiales para conformar el museo como lo han hecho en Río Cuarto, Cañada de Gómez, Chazón y otras localidades”, manifestaron los responsables de la iniciativa Risieri Bettiol y Julio Benítez.
“Es un caso increíble pero cierto. ¿Cómo es posible que instituciones, que nos merecen el mayor de los respetos, pero que no han tenido nada que ver con el ferrocarril, hayan conseguido lugares en distintas oficinas, gabines y galpones de depósitos?”, lanzaron como interrogante los consultados.
“Si don Manuel Ocampo viviera, seguramente se sorprendería al ver qué fue de aquel ‘cuadro para construir la estación del ferrocarril’ y, tal vez, se opondría a esas concesiones”, acotaron los reporteados.
“Un tropezón no es caída, por ahora esta comisión pasa a un cuarto intermedio, hasta que las cirscunstancias nos ofrzcan nuevas posibilidades de concretar nuestro sueño. Plegamos las velas, para desplegarlas cuando soplen otros vientos”, concluyeron Bettiol y Benítez mientras esperan una señal que valore los esfuerzos y devuelva esperanzas.
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