Con la destacable organización de la Asociación de Bomberos Voluntarios, el aporte de la Municipalidad, el auspicio de firmas industriales y comerciales más la colaboración institucional, vuelven este fin de semana los reconocidos carnavales de La Playosa.
En el dotado escenario ubicado en plaza Santa Teresa (ámbito de la festividad desde fines de los años “70”) se llevarán a cabo dos encuentros populares donde la algarabía, la participación y la interacción se asociarán con el interés de vivenciar momentos plenos de esparcimiento; baluartes anímicos que sostienen el éxito de la convocatoria playosense a través de los años.

@ Desde mañana

La velada de mañana dará comienzo al encuentro popular por excelencia, con el primer corso animado por la espectacular comparsa local, conformada por la fusión de las agrupaciones que actuaron en ediciones anteriores, exhibiendo nuevo vestuario y una coreografía preparada por especialistas en el rubro. Aparte de ello el desfile de carrozas que seguramente continuarán manteniendo el nivel de los últimos años, con gran despliegue y atributos estéticos apreciables. En la primera jornada se efectuará también el sorteo de una bicicleta, como para ir preparando las expectativas de la gente hacia la noche final.
La fiesta del Rey Momo además se proyecta anualmente por la cantidad de disfrazados, el Show de la Nieve Loca y otras sorpresas que a último momento conforman valiosos elementos para impulsar el entusiasmo del soberano.

@ El automóvil 14º

En la noche de cierre (sábado 13), aparte del corso, actuación de la comparsa y desfile de carrozas se concretará el sorteo del décimo cuarto automóvil consecutivo en la cronología histórica del carnaval local, como atracción fundamental y donde con la sola presentación del bono de entrada o de compra de nieve loca, los asistentes podrán acceder a los designios de la suerte.
Los bailes populares en cada jornada serán animados por “Imperio Marino” (viernes 12) y “La Súper Banda” (sábado 13), completando así un “cóctel” pleno en componentes identificados con la celebración carnestolenda. Una fiesta que genera atracción regional y que define a las claras el porqué de las multitudes que anualmente concurren superando los antecedentes estadísticos, llegando en ciertas jornadas de carnavales pretéritos a exceder la cantidad de seis mil asistentes por noche.