Decidido, astuto, audaz y rápido. Tal vez así pueda ser definido el "Moro" Hidalgo a la hora de buscar los recuerdos. Tomó la presidencia de Alumni allá por el ‘74 y marcó una verdadera revolución en el dormido fútbol villamariense.
Traspasó con Alumni las fronteras de la ciudad y lo hizo conocer en todos los rincones de la provincia y el interior del país. Su gestión no duró mucho: en 1977 dejó su cargo y se radicó en Córdoba.
Elio Hidalgo, tal su nombre verdadero, dejó de existir a la edad de 76 años en la ciudad capital, donde ayer fueron sepultados sus restos.
En 1975 trajo a Villa María al "Negro" Hernán Ríos para que se hiciera cargo de la dirección técnica del plantel superior del club y llegó la explosión.
Alumni trasladó sus ambiciones futbolísticas a cualquier cancha cordobesa que se le cruzara, fue campeón provincial y empezó a codearse con los grandes, colmando de gente la Plaza Ocampo cada vez que era anfitrión.
El "Moro" Hidalgo era un hombre de tomar decisiones sin que le temblara el pulso y a la hora de traer refuerzos de jerarquía para el equipo no lo pensaba más de un minuto.
Tal vez pueda decirse que en el fútbol de Villa María debe marcarse un antes y un después de quien fuera presidente de Alumni en la mitad de la década del ‘70.
No titubeaba al pelearse con el titular de la Liga Villamariense, el desaparecido Juan Carmona, para que Alumni dejara los torneos locales y fuera a pelearle prestigio a los cordobeses.
Han pasado más de 30 años y Alumni nunca dejó de ser protagonista. Acaso Hidalgo haya tenido mucho que ver, como pionero de la revolución.
Los equipos del club de la calle Mendoza se cruzaron, desde aquel tiempo y hasta hoy, con norteños, cuyanos, santafesinos y coterráneos, en gran parte gracias a aquel hombre visionario, decidido, astuto, audaz y rápido.
Ha muerto el "Moro" Hidalgo y todo el fútbol villamariense algo debe agradecerle.