Durante la jornada de ayer, y con la presencia de funcionarios de distintas áreas, se dio cierre formal al programa "Verano Saludable", impulsado desde el Consejo Municipal de la Salud y ejecutado por un equipo de médicos comunitarios de la Asistencia Pública.
Según se informó, más de 600 chicos que asisten a siete escuelas de verano locales, participaron de las actividades promovidas.
Poniendo en práctica una forma de trabajo que apuntó no a la exposición de contenidos sobre las temáticas propuestas, sino a la participación activa de los niños, se implementaron talleres de alimentación saludable, exposición solar y tratamiento de la pediculosis.
La estimulación por parte de los impulsores del programa para que los pequeños alumnos modificaran sus hábitos alimentarios, fue uno de los principales objetivos de la iniciativa.
"Notamos que los chicos están muy informados desde la casa o de otras instituciones como la escuela o clubes deportivos", manifestó Carla Semenzín, una de las responsables del proyecto.
"Lo que sí cuesta un poco es que los papás cumplan con los hábitos de alimentación saludables. Nosotros explicamos y sugerimos que en vez de llevar gaseosas, podían llevar agua saborizada o jugos naturales", explicó Semenzín, que desarrolló su tarea junto a las profesionales Renata Conrero, Mariela Giovanini y Natalia Arija, y un extenso grupo de colaboradores.
"Nos parece que falta programar, en este aspecto, más desde las familias. Sin embargo, cuando los chicos saben lo que tienen que comer se hace mucho más viable la aparición de una dieta balanceada", agregó la consultada por EL DIARIO.
"Otra desventaja es que las escuelas de verano tienen quioscos en los predios donde desarrollan actividades. Allí se venden alimentos saludables y también de los otros. Los chicos eligen y no siempre de la mejor manera", concluyó la doctora.