Jubilados que iban a cobrar, vecinos que querían pagar impuestos y otros que necesitaban tramitar en sus cuentas. Todos se encontraron con el mismo panorama: el personal de seguridad que amablemente les informaba que había asamblea y que hasta el lunes, “si Dios quiere”, no habría actividad bancaria.
Algunos reaccionaban mal y otros entendían.
Dentro del banco, los trabajadores esperaban una respuesta de las autoridades. En una oficina, los gerentes analizaban el estado de cosas. Pero al cierre, no había llegado la solución.
Luis Juárez, secretario General de la Asociación Bancaria de Villa María, ratificó que “los dirigentes gremiales no irán el lunes a la sede de cobro de la calle Santa Fe, porque no pueden hacer un traslado compulsivo”.
Dijo que los funcionarios del banco “por más jerarquía que tengan, no pueden cambiar las leyes. Y las leyes dicen que un delegado o representante gremial, no debe ser trasladado sin su consentimiento”.
El conflicto se inició cuando el Banco de Córdoba envió una lista del personal que a partir del lunes irían a trabajar a la sede de cobro en la calle Santa Fe. En esa nómina, hay 12 dirigentes gremiales. “El conflicto va a seguir si no traen una respuesta. Hay que buscar el consentimiento de los trabajadores y no hacer este traslado compulsivo a un lugar que no tiene operaciones bancarias, porque en definitiva, va a ser un Rapipago más”, concluyó.