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Estela Raval deleitó a la multitud, que siguió su recital bajo uma intensa lluvia. Foto 3: el Trío San Javier cantó sus canciones más conocidas. Foto 4: el duelo de malambistas fue muy aplaudido |
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La lluvia fue la primera en prepararse. Antes que la luna le quitara protagonismo. Tuvo deseos de estar, en la primera jornada del Festival de Festivales, en el umbral de la puerta de los enamorados, en la noche de nostalgia. Quiso estar, quitándole el palco a las estrellas.
Se preparó en las primeras horas de la tarde pero de pronto sintió respeto por el fuego, y controló su osadía de pretender apagarlo.
Y de pronto, se agazapó y esperó.
Disimuló. Se inclinó ante las luces que poblaron el cielo del escenario Hernán Figuera Reyes. Hizo una reverencia ante el tradicional grito del "Gringo" Borsatto.
Cuando ganó la calle las palabras mágicas del verano festivalero "Buenas noches, Villa María, peña y corazón abiertos", la lluvia se miró en el lago y decidió quedarse de espectadora escondida entre las nubes en medio de luces rojas, verdes, azules, amarillas.
Y el fuego se expandió. Primero, artificial, sorprendente como el arco iris. Luego, natural, surgido del alma, del talento, de la voz de una mujer que ya está en las páginas de los inolvidables.
¿Quién puede resistirse a la seducción de Estela Raval? Quién puede resistirse a sus tonos graves y agudos, a su balada de la trompeta?
Nadie se resistió.
Y el fuego se expandió entre el malambo del Ballet oficial, las canciones del Trío San Javier y el pálpito de la fiesta que prometían Los Nocheros, Soledad y el Chaqueño Palavecino.
Y nadie se resistió.
Ni la lluvia se resistió. Y pasadas las 23, bajó por las tribunas, por las plateas, por la ribera y hasta en el mismo escenario. Cayó seducida a los pies de la Raval.
Y a pesar de su poder, no pudo apagar tanto fuego.
Brazos y corazón abiertos
"Villa María abre los brazos en el mismo corazón de la Patria. Abre el corazón argentino. Aquí hay fiesta otra vez como hace 43 años." La voz de Borsatto marcó el inicio de la peña villamariense. El conductor se abrió camino en el escenario después del despliegue de la danza del Ballet oficial dirigido por Germán Macías, Rodrigo Heredia y Carina Bonoris.
Llegó cuando los aplausos rendían homenaje a los malambistas acompañados por la Orquesta Estable bajo la batuta de Kuky Soria.
Gritó el "Buenas noches", mientras aún estaba latente en el coloso de la costanera, la habilidad, la destreza, el duelo de honor de los bailarines surgidos de la tierra misma, de la sangre de Güemes, de El Chúcaro.
Y Villa María vibró, tembló bajos los efectos de la seducción de uno de sus hijos predilectos: el Festival Nacional de Peñas.
Hacía una larga ausencia
"Hacía una larga ausencia que no estábamos juntos..."
La inconfundible voz de Pedro Favini abrió el fuego del Trío San Javier, un mimado de los festivales en épocas de puro folclore a orillas del Ctalamochita.
Y con los acordes de La banda dominguera levantó la energía del público. Después, vino La Oma; Un poco amantes, un poco novios; Será varón, será mujer; 15 primaveras.
Los éxitos del pasado, los recuerdos del presente, el encuentro con la gente que le brindó su afecto.
Y la lluvia allí, suspirando, pugnando por salir del cautiverio.
La lluvia esperándola a ella, a la maestra de todas las maestras.
No sé tú
No sé tú, pero todos abrieron sus brazos y su corazón a Estela Raval. Imponente, con un vestido claro, bordado. Elegante, sonriente, caminando sigilosamente entre los cables, desafiando el peligro, el clima. Erguida en la profundidad de las canciones que interpreta como ninguna.
Pero me acuerdo de ti, fue el primer tema de un repertorio que enamoró y puso nostálgico a todos los que no se dejaron asustar por los truenos ni por los rayos.
No sé tú; Arriba; La tierra; La montaña de los Imitos; surgieron de su privilegiada garganta y se alojaron en cada rincón de las miles de almas que tuvieron el placer de escucharla.
No importaba si el cielo estaba celoso, ella estaba allí con sus Cinco Latinos, con su Balada de la trompeta. Ella estaba resistiendo. Sin doblarse ante el fuerte viento, en pie como los juncos.
Resistiré, Amigas a dúo con Valeria Lynch y una de las clásicas. De las que erizan la piel, de las que te quitan el aire: A mi manera.
"Estoy mirando atrás, y puedo ver mi vida entera y sé que estoy en paz, pues la viví a mi manera." Y qué más se podía pedir de la noche. Si en medio de las nubes brillaba la estrella Raval.
La previa
En la previa del Festival de Peñas actuaron Deolinda, Los de Alberdi, Dúo Canai (ganador del Pre Peña) y Los Huayra.
Luna cautiva, Zamba para Villa María, Mis harapos, Derroche de amor y Fiesta fueron algunos de los temas que sonaron antes de las 22.
Al cierre de esta edición, subía al escenario Hernán Figueroa Reyes, Leo Dan.
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