“Si para enero anda cerca y quiere alegrar la vida, deje las penas por ahí y dentre a Villa María.”
La zamba compuesta por Hernán Figueroa Reyes y Otero Wilson señala con visión casi futurística el destino turístico de esta ciudad, y aunque el enero de ayer es el febrero del tiempo presente, el Festival Nacional de Peñas se ha consagrado en el mojón referencial de esta región de Córdoba para todos aquellos que transitan de paso hacia las sierras o regresan a Rosario, provincia de Buenos Aires o la Capital Federal.
En este sentido progresivamente se nota un incremento en el flujo de turistas para la primera quincena de este mes, que permite repuntar el mercado hotelero local según nos informaron fuentes del sector. En un relevamiento realizado por EL DIARIO a doce empresas del rubro, se puede precisar que son casi 400 las plazas cubiertas, en materia de habitaciones de todo tipo. Esta tendencia se viene repitiendo en los últimos años por lo que se puede inferir que más de mil doscientas personas pernoctan en Villa María durante el fin de semana, para presenciar la 43º edición del Festival. Con lo cual el comienzo del año 2010 se considera entre los mejores años del sector en décadas.

@ Hoteles a full

Jimena, del área reservas y eventos del Hotel Howard Johnson, señaló que “tenemos anualmente un incremento por el Festival Nacional de Peñas. Las reservas son anticipadas. Tenemos clientes que respetan la fecha del Festival y continúan haciendo la reserva con nosotros. Por eso digo que no hay disponibilidad de plazas”.
La empleada de la cadena internacional también indicó sobre el movimiento turístico de este año un cierto aumento del mismo. “Hemos detectado un incremento turístico con respecto al año pasado”, precisó.
En tanto, María José, encargada del Hotel República, recordó que el edificio sirve de “hogar” para los distintos artistas del Festival durante su desarrollo. Aunque adelantó que el hotel ya cuenta con más de 20 reservas para la noche de Arjona.
Las habitaciones reservadas en la plaza local van desde los 120 pesos hasta los 200 por persona en el caso de habitaciones dobles, que cuentan además con aire acondicionado, tv, cochera y baño individual.
“Cuando está el Festival, está completo el hotel”, sentenció, Betiana, de Hotel Presidente. Luciana, de Hotel Orión, dijo que “hay bastante movimiento de gente, llaman por reservas en su mayoría de otras provincias, como Mendoza, Salta, Tucumán, Buenos Aires”.
Por su parte, Liliana, de Hostería del Boulevard, mencionó que “continuamente suena el teléfono con gente buscando alojamiento de todas partes de la provincia, por lo general viene la familia o matrimonios”.
“Este año habrá mucha gente”, precisó Elba de Hotel Antares, haciendo un anticipo del balance de enero y febrero de 2010 que para el sector ha sido uno de los mejores inicios en décadas en Villa María.
En el mismo sentido se expresaron Mario de Hotel Amanecer, Carmen de Hotel Alem, Cristian de Samaran Suites, Silvana de City Hotel, y Gustavo de Hotel San Remo.

@ Todo repunta

Todo repunta en febrero, cuando comienza el Festival los hoteles rebozan de turistas, y pese a esto son muchas las voces que siguen señalando que Villa María es solo un lugar de paso, apenas un oasis en la ruta.
“Mucha gente de paso que va a las sierras se detiene un día para conocer, porque habitualmente se trabaja con viajantes casi todo el año.”
“Hay gente de paso que le gustó la ciudad y decide quedarse uno o dos días más.” “Lo que pasa es que Villa María no se conoce.”
Estas son frases repitentes de los trabajadores del sector hotelero que piensan que la potencialidad de la ciudad es mucho mayor a la actual. Al respecto, Sofía de Hotel Alcázar, comentó que “nosotros no trabajamos con reservas para el Festival porque años atrás llegado el día no venían a horario y no nos podíamos comunicar a tiempo. Nos conviene trabajar con la gente que pasa. Hasta ahora viene tranquilo, la gente de la zona que viene de paso y por allí se queda de noche. La mayoría son familias”.
Por todo esto es loable a la distancia, el esfuerzo y el empeño hecho por los vecinos villamarienses de antaño, que debieron construir una montaña para que el turista se diera cuenta que se encontraba transitando por Córdoba. Este mérito es de todos aquellos que con su aporte directo o indirecto concretaron esto que hoy seguimos disfrutando y estamos comprometidos a seguir desarrollando, porque si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Esa montaña es ni más ni menos el Festival, signo de tradición, costumbre criolla y aporte del inmigrante que tomó a este suelo y a este acento como propio.
Informe: Ariel Grande