Por diez pesos mensuales, uno se asocia al Sendero de los Niños y colabora para la cumplimentación de los distintos proyectos dirigidos a la niñez.
La asociación que preside Miriam Romero no tiene, en este momento, proyectos en marcha por la falta de recursos. EL DIARIO visitó ayer el hogar villanovense para conocer la situación actual y se encontró con esa realidad.
La fundación obtuvo la personería jurídica en 2009, pero viene trabajando desde 2006 en protección de la niñez.
Romero, junto a su compañero de vida, dieron albergue a cuatro niñas con dificultades en salud mental, lo que requiere de una atención especializada y personalizada.
“Las menores fueron desarraigadas de su familia por el Juzgado de Menores, en el marco de la Ley 26.061. Tres niñas me otorgó el Juzgado y una la Secretaría de la Niñez de la provincia”, señaló Romero.
Para la atención de las chicas, de edades entre los 10 y los 14 años, se desempeñan ad honórem psicólogo, trabajadora social y psiquiatra.

Sin respuestas

Ante las preguntas de este matutino, Romero eludió hablar de la ayuda oficial, la que según distintas fuentes brilla por su ausencia.
No obstante, la presidenta de la asociación reveló que la Subsecretaría de Protección Integral de la Niñez no dio respuesta alguna a los proyectos presentados, “los que cumplieron todos los requisitos”.
Es grande la erogación que tiene que realizar Romero y su equipo para mantener la organización.
El mantenimiento de la quinta, entre alquiler y servicios, cuesta 2.500 pesos mensuales. Pero además, se requiere medicación, alimentación y artículos de escolaridad. Las chicas, que concurren a la Escuela Pablo VI y ayer se encontraban jugando en el parque de esta casa situada a metros del puente carretero, demandan atención de especialistas, lo que se traduce en un importante costo económico.