Las crisis dan para todo. Los precios empiezan a desentonar con los bolsillos y hay que arreglárselas como se pueda. Por suerte, los argentinos aún tenemos ese talento místico y cuarteteril para salir del mal paso.
Sino pregúntenles a los españoles. “Los argentinos sí que tienen cojones. Si a nosotros nos hubiera agarrado una crisis como la que tuvieron ustedes en 2001, estaríamos arruinados”, me ha confesado el viejaje ibérico más de una vez. Al final algo de cierto guarda la conjetura. Basta con ver los problemones que ahora tienen ellos con su economía. Andan todos desocupados y más al pedo que concejal en… que concejal.
“Oshtias tío, que encima está todo caro. Ayer compré un jamón y me salió como 15 mil pesetas”, claro cómo no querés que las crisis los noquée, si todavía andan hablando en pesetas, que ya no se usan desde que a Cristo lo inflaron a palos y lo colgaron de la cruz. Raro es que no calculen en escudos, ducados y piastras, y que no anden desollando infieles por decir que al Papa Clemente XII se le desató un cordón.
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