Buena imagen es el común denominador de Bordini y su sucesor, Bizzarri.
El ahora ex presidente deja el cargo con un perfil intachable de honestidad y decencia. Secretario durante años de la Liga Villamariense de Fútbol, hombre del Rotary y cartero, es conocido por su “hombría de bien”, y eso es lo que ayer rescataron unánimemente oficialistas y opositores.
En un país en que la clase política siempre da que hablar por tener niveles de vida que no concuerdan con sus ingresos oficiales, Bordini desanda las calles en su bicicleta, con humildad, trabajando todos los días como cartero, lo que parece una broma en la Argentina corrupta.
Ayer le confesó a EL DIARIO su sorpresa por el cambio de mando pero aceptó las reglas de la democracia, y evaluó que Bizzarri “es muy capaz, sabe mucho y colaboró mucho con todos durante estos años”. “Quizás los concejales no se vieron representados por mí. He actuado con honestidad y empeño, brindando lo mejor de mí”, subrayó.
Y, por otro lado, la capacidad y la inteligencia son virtudes que, nadie duda, tiene su sucesor.
A los 24 años, dejó su labor en un supermercado e ingresó a la política de la mano de Frossasco. Tras seis años en una banca del Concejo, Bizzarri da un gran salto en su carrera.
También él tiene gran concepto en la calle. Recorre todos los barrios, posee fuerte conexión con la gente y está siempre disponible para atender a los vecinos. Esto también parece una broma en la Argentina ineficiente.
Diego Bengoa
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