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Villa María entrará en la variante de la reforma política o sólo quedará como un anuncio realizado para lograr un efecto mediático? Es la pregunta que ronda entre las altas temperaturas, los chaparrones y las alertas meteorológicas de este verano 2010.

Si bien, la temporada estival revitalizó el dicho de “nada nuevo bajo el sol”, en el horizonte se perfilaron determinadas movidas que giraron en torno a las modificaciones de las reglas contempladas en la Carta Orgánica Municipal.
Y mientras se “reacomodan los precios” y hasta los números del fútbol, desde sectores de la oposición se escuchan ruidos de tambores que por el momento no pueden considerarse de “guerra”.

La reforma política fue depositada sorpresivamente en el seno del Concejo Deliberante por el intendente Eduardo Accastello. Lo hizo en el discurso de informe de gestión del pasado año. El jefe comunal tiró la piedra y no escondió la mano. Pero, el tema quedó dormido varios meses, hasta los primeros sofocones veraniegos.

No fue la primera vez que Accastello anuncia una reforma política. Lo hizo en el año 2002. Hace ocho años, exactamente.
“En tiempos en que la sociedad está inmersa en una crisis de credibilidad sin precedentes, Villa María puede ponerse a la vanguardia de las transformaciones políticas”, dijo el mandatario local en su mensaje.
Hubo proyecto y todo enviado al Deliberante para modificar los siguientes puntos:
- Sistema de gobierno
- Elección de los representantes
- Eliminación de listas sábana
- Perfeccionamiento del voto de preferencia
- Posibilidad de presentación de candidatos independientes o extrapartidarios
- Reducción de órganos del Estado municipal
- Organización y funcionamiento de los órganos de control
- Análisis de los órganos de participación sectorial y vecinal
- Cantidad de concejales.
Luego, todo quedó anotado en el libro del olvido.

“Es un buen momento...”

Hoy, para determinados dirigentes opositores “es un buen momento” para encarar el tema en profundidad y con un rico debate. Hubo charlas entre integrantes del juecismo con Alejandro Roganti a la cabeza, la gente de Raúl Costa y determinados referentes radicales, entre ellos Miguel Olaviaga, Luis Caronni y Gustavo Bustamante.
Darío Capitani de Juntos por Villa María también salió con lo suyo.

La mayoría coincide en llamar a Asamblea Constituyente en 2010 para llegar a las elecciones de 2011 con el “pescado vendido”.
“La reforma política es una deuda pendiente, creo que debemos tener todos la madurez necesaria para consensuarla y si el intendente dio el paso inicial habrá que acompañarlo”, dijo uno de los dirigentes que está en la movida.

Nuestro interlocutor precisó que hay diversos puntos que discutir, pero consideró que la reforma es un instrumento que debe servir a todos y en esa ruta se armará el debate.
Hace ocho años que se habló de cambiar pautas para hacer más transparente las elecciones. Volvemos a la pregunta del principio, ¿pasarán más de mil años o esta vez la cosa va en serio?
El tiempo lo dirá.