Escribe:
Horacio Cabezas*
La gesta de Mayo y su glorificación deviene a través del tiempo, alojada en el sentimiento de las sucesivas generaciones de argentinos, porque sigue siendo fuente inspiradora de libertad y patriotismo, que no decaen a pesar de las adversidades que acaecieron desde entonces.
En muchos ámbitos y durante distintas épocas, la UCR fue considerada heredera y ejecutora de los ideales de Mayo. Sus conductores obraron animados por esos ideales, expresados claramente a partir de su fundación por muchos de sus dirigentes a través de la concepción política y la aseveración de su obrar consecuente.
A la ciudad de Villa María le cabe el singular honor de haber sido residencia del Dr. Amadeo Sabattini, cuya personalidad evocamos en estos días, al cumplirse el cincuentenario de su fallecimiento, infausto suceso que, con el dolor que arrastró tras de sí, dejó la impronta de claros preceptos políticos, conducta cívica y privada, visión de gobernante y talento de realizador al igual que los próceres de Mayo
El 25 de Mayo de 1810 fue sólo un día, pero hay un antes y un después que compendian todo un conjunto de acontecimientos y circunstancias, que concurren a forjar el verdadero significado de esa gesta patria, los que fueron fuente de abrevación para la construcción de nuestra nacionalidad política y social, acuñándose al pasar del tiempo y de sus avatares, lo que es el sentimiento de nuestra nacionalidad que, como toda formación humana es una sucesión de aciertos y contrariedades.
En esto se inscribe el catálogo de principios y realizaciones que se imprimió a lo largo de su vida política y humana. Claro que las vivencias de hoy difieren de aquellas que imperaban hace doscientos años. Los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, como doctrina, no se habían acuñado todavía entre los argentinos, si bien ya se hallaban consustanciados con los sentimientos humanos.
De la firmeza de pensamiento de Mariano Moreno, Amadeo Sabattini puso en vigencia desde su condición de gobernante la sinceridad y publicidad de los actos de gobierno, la corrección administrativa y la pureza del acto comicial, la supresión de honores, el reproche a las frivolidades y ostentaciones personales, así como la libertad de expresión a través de lo que hoy llamamos los “medios”. Se eliminaron las bandas y legiones armadas que perturbaban la paz pública y que por su sola existencia constituían un peligro para el orden social. Fue la inspiración que se proyectó en el tiempo a través de la abolición de la esclavitud y de los castigos corporales, afirmando que todo ciudadano tiene derecho sagrado a la protección de su vida, de su honra, de su libertad y de sus bienes.
Que la maternidad nunca es una vergüenza, puede reconocer antecedente en las disposiciones sobre la libertad de vientres que sancionó la Asamblea del año `13.
El respeto por el adversario político, la adhesión apasionada a la soberanía nacional, las realizaciones relacionadas con la justicia social, la difusión de la enseñanza y su política educacional a través de la creación de escuelas en número todavía no igualado, formulación de planes en experiencias técnicas y vocacionales, facilitando el acceso a los jóvenes y adultos con verdadera orientación hacia el trabajo.
La organización policial no debe ser un sistema de opresión, sino que debe ser la legítima custodia de las personas y de sus bienes; tampoco instrumento del poder al servicio de intereses partidarios. Debe velar por el orden público y actuar contra los vicios sociales, el juego, la clandestinidad, la trata de personas, el ultraje al decoro y ejercer la acción preventiva contra la delincuencia.
El programa sanitario que debió diseñar de urgencia para afrontar situaciones de riesgo para la población; y no es difícil pensar que estaban también en las carpetas de pensamiento e idealismo de los hombres de Mayo.
Los principios emanados de la Revolución Francesa y de los sucesivos movimientos libertarios del mundo, alentaban los ideales de libertad y a ellos se aferraron los gestores de Mayo. Explicitaron sus ideas a favor de la agricultura, la educación y el trabajo, siempre en el marco de la libertad y fueron dichas ideas las que nos permitieron apartarnos de las concepciones plenamente mercantilistas y monopólicas. En las sucesivas generaciones, surgieron nuevos conductores, también con pureza de ideales y actualización de procedimientos para interpretar y afrontar las contingencias que sobrevenían en el país y en el mundo.
El conocimiento científico era retaceado y sólo se podía acceder a la teología a través de ecolástica filosófica. A partir de la Revolución de Mayo, los temas comunes que podían ilustrar a la población adquirieron progresiva difusión. Eran las materias comunes que empezaron a enseñarse en nuestras escuelas, tales como geografía, historia, matemáticas, química y otras elementales, en tanto que el resurgimiento del periodismo facilitó su difusión. En la localidad de La Laguna, Amadeo Sabattini fue fundador de la biblioteca Esteban Echeverría, cuyo nombre fue una adopción simbólica en cuanto al pensamiento libertario social del insigne pensador
El Dr. Amadeo Sabattini, desde antes de su llegada al Gobierno, así como lo hicieron los hombres de Mayo, puso a prueba su talento para afrontar situaciones penosas agravadas por el oportunismo de sectores que alentaban la intervencial federal a la provincia.
Afirmó que los agricultores eran los menos favorecidos en la distribución de los beneficios obtenidos de los productos de la tierra y que la práctica del cooperativismo era necesaria e indispensable para crear la conciencia de los principios de la mutualidad y de la solidaridad. El trabajo solidario de valor social, es la obra necesaria, útil y hermosa que aspira el mundo. Y en toda sociedad civilizada, la tarea del maestro es prodigada de un austero respeto.
Su plan agrario concebido tras de una adecuada política impositiva que eliminara progresivamente los impuestos que afectaban al trabajo y al consumo y una acción legislativa tendiente a entregar paulatinamente la tierra a quienes la trabajaban, así como la defensa de la producción agrícola ganadera.
Si los hombres de Mayo estuvieron iluminados por claros ideales, Amadeo Sabattini fue el jacobino que se aferró con vehemencia a los principios de la intransigencia en cuanto a la observancia de los enunciados y procederes políticos, a la corrección con que debía ejercerse la administración pública, a la publicidad y transparencia de los actos de gobierno, cuya garantía de credibilidad no podía ser otra que el hábito de una rígida conducta del gobernante, tanto pública como privada. El Gobierno radical -dijo- no puede otorgar recompensas de orden material, sino exclusivamente de orden moral.
Sucesos internos y externos, circunstancias y opiniones, controvertidas unas, difíciles otras, tenían necesariamente que gravitar en el ánimo de los actores de la Revolución de Mayo, pero esos mismos actores, instruyeron un legado para los pueblos, tan imperecedero como irrenunciable, pilar de la futura grandeza que dejaban en manos de las sucesivas generaciones.
*Ex intendente
de Villa María
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