A muchos le costó despegar temprano a la mañana, a otros les quitó el sueño. Muchos demostraron entusiasmo por el reencuentro con sus compañeros, un buen número sintió zumbidos en el estómago por el primer día de la vida escolar.
Se terminaron las vacaciones y volvieron a las calles los guardapolvos y los diversos uniformes. Otra vez las mochilas, el beso de los papis en la puerta, el saludo a la maestra, el abrazo a los amigos de pizarrón y tiza.
Se terminaron las vacaciones y regresaron las vivencias que te brinda la educación. Las carpetas, los libros, las cuentas y los cuentos. El recreo, el desafío del aprendizaje, los nervios de las pruebas, el afecto a esas aulas que son testigos de nuestra niñez, adolescencia y juventud.
La expectativa podía palparse en la puerta de las escuelas. Los padres esperando que “los chicos tengan clase y que los maestros resuelvan su situación”. Los docentes esperando mejores salarios y los estudiantes pensando en compartir con sus pares.