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Es preciso señalar que el insomnio suele ser un síntoma de diferentes patologías |
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El sueño es un proceso complejo y activo por el cual el organismo logra restauración, homeostasis, termorregulación y conservación de la energía. Cuando este proceso se altera hablamos de insomnio.
El insomnio es un estado caracterizado por una cantidad o calidad del sueño no satisfactorias, que persiste durante un considerable período de tiempo.
Lo más habitual es la dificultad para iniciar el sueño (de conciliación), seguida de la de mantenerlo (medio) y por último, la de despertar temprano (terminal).
Es preciso señalar que el insomnio suele ser un síntoma de diferentes patologías. En general se lo asocia a estrés, ansiedad, u otros cuadros psiquiátricos. Sin embargo, podría derivar de dificultades respiratorias, reacciones tóxicas o enfermedades degenerativas.
La privación del sueño por tiempo prolongado puede provocar conductas desorganizadas, alucinaciones y delirios.
El conocimiento de la arquitectura del sueño proporcionó datos útiles para evaluar patrones del sueño. Ahora se sabe que estos patrones se modifican mucho hasta la adolescencia, son bastantes estables durante la vida adulta y vuelven a cambiar en la senectud.
El insomnio causa malestar subjetivo, incapacidad social o laboral o en otras áreas del funcionamiento. Cuando se sufre repentinamente de insomnio se desencadena un estado de alerta, un miedo creciente a padecerlo y una preocupación sobre sus consecuencias. Esto crea un círculo vicioso que tiende a perpetuar el problema del enfermo.
Si el insomnio se cronifica, aparecen dificultades de atención-concentración, pérdida de energía, fatiga e irritabilidad.
Hay personas que funcionan adecuadamente durmiendo 6 horas, otras, en cambio, requieren más de 9 horas. La necesidad del sueño aumenta con el estrés, el embarazo, el trabajo físico y el ejercicio.
Tiende a prevalecer más entre las mujeres, los enfermos de avanzada edad, personas que se encuentran en mala situación socio-económica o con afecciones psicológicas.
s ¿Qué hacemos?
Cuando se ha padecido insomnio es marcada la sensibilidad y el temor a que se repita, por lo que es importante tener el registro de algunas estrategias, que pueden utilizarse en caso de insomnio.
•1-Higiene del sueño: para promover el descanso se debe mantener un esquema regular de sueño-vigilia, implementar un programa diario de actividad física, evitar las “siestas”, aislar el dormitorio del exceso de ruido, luz, frío y calor. Además, antes de acostarse, comer liviano, no fumar y no ingerir bebidas alcohólicas ni estimulantes.
•2-Control de los estímulos: acostarse sólo cuando se sienta sueño, ir a la cama a dormir y no para ver televisión, leer, comer o hablar por teléfono. Es elemental conservar el ritmo circadiano, es decir, mantener un horario habitual para acostarse y para levantarse, aunque el sueño no haya sido reparador.
•3-Relajación: es de utilidad la realización de técnicas de relajación progresiva y los ejercicios de respiración profunda.
•4-Si los episodios de insomnio continúan, a pesar de estas medidas, se sugiere realizar una consulta psiquiátrica donde se evaluarán las causas determinantes, el diagnóstico presuntivo y el tratamiento posible.
Este, como cualquier síntoma de afecciones de la salud, debe ser atendido rápidamente para preservar una buena calidad de vida.
María Fernanda Aimar.
Médica Psiquiatra.
MP:26420 ME:10547
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