Esta vez, el relato de lo acontecido en la tercera jornada del juicio que se le sigue al traumatólogo Oscar Alberto Dávila (42) por el presunto asesinato de su esposa Marisel Pons (37), comienza por el final.
Es que a poco de concluido el debate, y cuando en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen de Río Tercero sólo quedaban el imputado, sus abogados defensores y el personal policial, ingresó el hijo mayor de la pareja y pidió permiso para hablar con su padre.
Gastón Dávila, de 15 años, mantuvo un corto pero reservado diálogo con su progenitor. En esas circunstancias, el médico acusado de “homicidio calificado por el vínculo” solicitó a los custodios que le quitaran momentáneamente las esposas que acababan de colocarle. Y ni bien se liberó de los grilletes, se fundió en un estremecedor abrazo con su hijo.
Por un momento el tiempo pareció detenerse. Y el silencio cómplice de quienes se encontraban en la sala se hizo añicos cuando el desconsolado llanto de ambos estremeció hasta límites insospechados a esos “hombres de leyes y uniforme” que observaban, impactados, la conmovedora escena.
“Fue un momento tremendo... demasiado fuerte”, comentó a EL DIARIO -todavía emocionado- el abogado villamariense Marcelo Martín Silvano.
No se supo qué se dijeron al oído padre e hijo, pero el estremecedor abrazo y las lágrimas que derramaron eximieron a todos de mayores comentarios.

Seis testimonios

Desde temprano, los miembros del tribunal técnico y los integrantes del jurado popular escucharon media docena de testimonios, entre ellos el del padre de la fisioterapeuta que fue hallada sin vida el 26 de marzo de 2008, ahorcada en su consultorio de 12 de Octubre 135, en la ciudad de Hernando.
Henry Víctor Pons relató algunos aspectos de la vida familiar de su hija antes del trágico desenlace y de manera reiterada dijo que Dávila la maltrataba verbalmente frente a otros miembros de la familia, y hasta aseveró en varias ocasiones que su yerno “es el asesino”.
Pons sostuvo en la sala que Dávila “quería destruir a mi familia”, y que si bien se habían iniciado los trámites de divorcio entre ellos, el médico villamariense “no se presentaba y exigía que se le entregara dinero”.
El papá de Marisel habló de una supuesta suma de 500 mil pesos que le habría exigido su yerno para aceptar la disolución del vínculo matrimonial.

"¡Vos la mataste!"

Con lágrimas en los ojos, el atribulado vecino hernandense contó su visión de lo ocurrido aquella mañana de marzo cuando encontró el cuerpo de su hija, y agregó que cuando Dávila llegó al lugar, proveniente de Dalmacio Vélez, le dijo a viva voz: “¡Vos la mataste, vos la mataste!”
Sobre el final de su declaración, el abogado Martín Silvano interrogó a Pons si había visto al traumatólogo asesinar a su hija, a lo que el testigo -visiblemente ofuscado- respondió: “No, porque no puedo ver a través de las paredes”.
“Pero usted dice que él la mató, ¿lo vio hacer eso?”, replicó el letrado. Y Pons contestó negativamente.

Declaró Gastón

El segundo testigo fue Gastón Dávila, motivo por el cual su padre fue retirado de la sala para que pudiera declarar libremente y sin condicionamientos emocionales de ninguna índole.
El adolescente hizo referencia a la “relación violenta” que mantenían sus padres desde varios meses antes del hecho, aunque admitió que nunca presenció un hecho de agresión física hacia su mamá.
Gastón sostuvo que el mismo día del trágico suceso le preguntó a su papá... “¿fuiste vos?”, a lo que Dávila respondió enfáticamente que no. Sin embargo, dejó entrever que pensaba lo contrario y estimó que no había participado otra persona.

Otros testigos

El tercer testigo de la jornada fue María del Carmen Ramassa, una compañera de trabajo tanto de Oscar como de Marisel, quien dio cuenta de lo vivenciado aquel día, y relató que conocía, al menos por dichos de la fisioterapeuta, de episodios de violencia que había padecido.
Luego compareció Fanny María Picca, secretaria del Dispensario de Dalmacio Vélez, centro asistencial al que Dávila llegó pasadas las 9.15 del día del hecho para realizar sus habituales tareas como médico.
Cabe señalar que, según la autopsia, el deceso de Marisel se produjo entre las 8.40 y las 9 de la mañana.
Posteriormente declaró la asistente social, Vanesa Lorena Dalmasso quien reconoció haber mantenido una relación sentimental con Dávila por espacio de dos años, mientras este todavía estaba conviviendo con su esposa.
El último testigo fue el médico Ricardo Antonio Bianchini, director del Hospital de Hernando, quien acompañó a Dávila a presentarse ante la Policía cuando ya se sospechaba de haber tenido alguna relación con el crimen.
“¿No habrás hecho alguna cagada, no?”, le preguntó Bianchini a su colega en dos oportunidades, a lo que Dávila respondió negativamente, aunque añadió que tenía “a toda la familia” de su esposa en contra.

Continúa hoy

La cuarta jornada del proceso oral y público fue citada para las 8.30 y en la oportunidad deberán comparecer cinco testigos.
Se trata de Graciela del Carmen Cantero, Jorge Omar Carreggio, Griselda Paulina Meichtri (tía de Marisel), una mujer apellidada Magertitti y otra persona cuyos datos filiatorios no se conocieron.