¿Dónde podemos encontrar una casa que vendan recuerdos de Villa María? La pregunta fue el disparador de una conversación entre la periodista y el matrimonio turista.
¿Vinieron de vacaciones? Sí y a visitar nuestro hijo, no conocíamos la ciudad.
Así, empezó la charla con Carlos Vázquez y su esposa Mabel. Precisamente, el fútbol los conectó con esta ciudad del centro del país, una ciudad que tal vez para ellos era apenas un nombre en el mapa de Córdoba, y hoy es un hogar para su hijo Luciano, el delantero de Alumni.
Carlos y Mabel dejaron por unos días su casa de San Miguel del Monte para estar cerca de Luciano y pasar el cumpleaños con él (cumplió 25 el sábado).
Disfrutaron de la costanera, del centro, recorrieron diversos lugares y conocieron gente.
“Es una ciudad hermosa, nos gustó todo, todo. La gente es amable, maravillosa y con mi hijo son todos muy buenos.”
Cuando nombran al hijo, sus ojos se iluminan. Orgullosos al máximo. Carlos y Mabel tienen tres hijos varones y todos con pasión por la pelota.
Lo llevan en la sangre. “Yo jugaba al fútbol y el Pato Fillol me llevaba los botines para poder entrar gratis a la cancha”, recuerda Carlos.
La charla se extendió y compartir un café fue la manera de seguir preguntando.
“Luciano juega al fútbol desde los seis años, siempre fue muy responsable”, dice Carlos y su esposa sonríe.
“Para venir a Villa María lo convocó Agüero (el ex técnico de Alumni.”
¿Qué sintieron cuando les dijo que tenía una propuesta en Villa María?
“Nos pareció bien, le dijimos que viniera así de paso podíamos conocer Córdoba”, remarca Carlos sonriendo.

De ídolo a compañero

Verlo jugar con el “Diablo” Monserrat es otra de las cosas que emociona al matrimonio Vázquez.
“Me acuerdo que Luciano era chico y el Diablo fue a nuestro pueblo, yo le pedí un autógrafo para mi hijo. De ídolo a compañero hoy, quién lo iba a imaginar.”
Todo es posible y ellos acompañaron la carrera del jugador por los lugares donde estuvo. Hoy, aquí en la Villa.
El último eslabón de las vacaciones de una semana tomadas en Villa María se cerraba anoche.
“Vamos a ir a ver al partido y después ya nos volvemos a San Miguel del Monte.”
Las vacaciones terminaron pero la ciudad ejerció su seducción sobre Carlos y Mabel que prometieron volver, apenas puedan.