Escribe: Jorge Candia (instructor nacional de árbitros)

El fútbol es una disciplina deportiva que, en su práctica, siempre deja la posibilidad del contacto físico y, en ese aspecto, no siempre se comete falta si un atacante cae dentro del área rival. El árbitro determinará lo siguiente: el defensor le cometió falta que dará lugar a un ritmo penal o, en su defecto, el atacante cae porque tropezó y el juego sigue, pero si el atacante simula una caída y hace reclamo al árbitro, este deberá detener el juego, amonestar al atacante por conducta antideportiva y reanudar con un tiro libre indirecto.
Esto último ocurrió con Román Strada, de Alumni, y no fue sancionado por Gustavo Fabián.
Otro tema. Cuando el árbitro detuvo el juego para hacer atender a un jugador, lo debió reanudar con un bote a tierra, que lo reglamenta la regla 8 y que lo único que el árbitro debe realizar es convocar a ambos equipos y soltar el balón, que estará en juego una vez que éste toque el piso. Los jugadores serán los únicos responsables de determinar si se lo cede al balón a su rival o no (el Fair Play), pero el árbitro no debe decidir sobre el caso. Si lo hiciere, estaríamos ante un hecho injusto.