|
|
|
|
|
|
|
El abogado villamariense Marcelo Martín Silvano conversa con Oscar Dávila, mientras lo escucha atentamente su colega Alberto Vieytez Monrroig (foto gentileza RH1 Hernando) |
|
|
|
|
|
Tres peritos de la Policía Judicial de Córdoba y la hermana de quien fuera la última pareja de la víctima, declararon ayer en el juicio oral y público en el que se procura dilucidar cómo y en qué circunstancias murió la fisioterapeuta hernandense Marisel Pons (37), hecho por el cual está acusado su marido, el médico Oscar Alberto Dávila (42).
Se trata de los médicos forenses Carlos Luis Mercado y Roberto Eduardo La Torre y del bioquímico Néstor Darío Gutiérrez, todos oriundos de la capital provincial, quienes intervinieron en la causa en diferentes instancias, aunque en ambos casos como peritos oficiales.
Mercado y La Torre fueron quienes practicaron la autopsia sobre los restos de Pons, mientras que Gutiérrez realizó una serie de análisis sobre cabellos secuestrados en la vivienda de 12 de Octubre 135, en la ciudad de Hernando, donde fue hallado el cuerpo sin vida de la fisioterapeuta.
También compareció ante el tribunal de la Cámara del Crimen de Río Tercero y los miembros del jurado popular, la hermana de Jorge Carreggio, quien al momento del hecho estaba manteniendo una relación amorosa con la víctima.
Datos técnicos
Las exposiciones de los forenses Mercado y La Torre fueron las más relevantes de esta quinta audiencia de debate por algunos aspectos técnicos que aportaron a jueces y jurados en relación al resultado de la autopsia practicada horas después del deceso de la fisioterapeuta.
Como dato singular, cabe destacar que ambos profesionales comparecieron conjuntamente ante el tribunal riotercerense, precisamente porque realizaron juntos la necropsia.
Ambos facultativos precisaron que la causa eficiente de la muerte de Pons fue “asfixia mecánica” y aclararon que detectaron algunos traumatismos en la cabeza de la víctima, “excedentes a la asfixia por ahorcamiento y producidas en vida”, según dijeron en la sala de audiencias.
Con respecto al ahorcamiento, los dos profesionales coincidieron en señalar que hallaron “un surco completo, horizontal, infratiroideal y poco profundo” alrededor del cuello de Marisel, en lo que definieron como una “estrangulación a lazo”.
De acuerdo con las investigaciones forenses, dicha acción es ejercida activamente por un tercero y de manera transversal al eje central del cuerpo.
Mercado y La Torre explicaron que también detectaron “un surco oblicuo, ascendente, incompleto y supratiroideal” en la región cervical. Asimismo, los peritos dijeron que se trató de “una autopsia especial, ya que no se correspondían con el suicidio típico”.
Como ninguno de los peritos había estado en el lugar del hecho, el tribunal dispuso que se les exhibieran las fotografías tomadas a la víctima tal cual fue encontrada la mañana del 26 de marzo de 2008.
Posteriormente, ambos forenses indicaron que el cuerpo de Pons “estaba en una posición rara”, y opinaron que en el caso de que la víctima estuviese bien sentada sobraría cuerda y no se produciría el ahorcamiento, objetivo de quien desea quitarse la vida.
Al respecto, cabe señalar que en un primer momento se pensó que la fisioterapeuta se había suicidado, pero una serie de cuestiones que no les cerraron a los investigadores los llevaron a pensar que se trataba de un homicidio, hecho por el que Dávila se constituyó en el principal sospechoso.
Ambos peritos explicaron que en el caso de un suicidio por ahorcamiento, las lesiones que se producen en el cuello son profundas por el peso del cuerpo al quedar colgado, mientras que en una estrangulación son más bien superficiales ya que el cuerpo no pende de una soga y porque la presión es menos prolongada.
Y ante la consulta de uno de los jueces, dijeron puntualmente: “Esto no tiene pinta de suicidio”.
Otros testigos
A su turno, el bioquímico Néstor Gutiérrez, miembro del Gabinete Químico Legal de la Policía Judicial, dijo que analizó cabellos que se habían encontrado en la soga que estaba atada al cuello de Pons, como así también sobre su cuerpo, en la entrada a la vivienda y en uno de los consultorios.
Al ser sometidos a un análisis comparativo, todos los cabellos eran iguales a los de la fisioterapeuta y sólo uno era distinto. Dicho pelo, junto a un análisis de sangre y las huellas dactilares tomadas a Dávila, fueron remitidos a Córdoba para que se analizara su ADN.
Por su parte, Raquel Carreggio dijo que la mañana del hecho pasó casualmente por el lugar y conversó con María Elena March, quien esperaba ser atendida por Marisel.
La testigo dijo que vio el garaje abierto y que no había ningún auto en su interior, y que minutos después llegó el padre de la víctima, Henry Pons.
Tras alejarse del lugar, volvió a pasar frente a la casa de la víctima minutos más tarde y fue cuando se enteró que habían encontrado muerta a Marisel. De inmediato le avisó por teléfono a su hermano.
Haciendo referencia a comentarios que le había hecho la víctima, Raquel Carreggio dijo que sabía que la relación entre Pons y Dávila no era buena y que el médico exigía 500 mil pesos a la familia de ella para divorciarse.
La sexta audiencia de debate se realizará el viernes, a partir de las 8.30.
Otras notas de la seccion Policiales/Judiciales
Tres personas heridas de gravedad
Robo en un comercio
Operaron a Maximiliano y continúa en terapia
Incautan arma de fuego y recuperan herramientas
Dos nuevos testigos en un proceso por abuso sexual
|