"¿Es una estrategia política o deportiva?", le pregunta la secretaria privada a Nelson Mandela, mientras va en el auto presidencial. El veterano luchador contra el apartheid le responde: "Una estrategia humana", dentro de un diálogo que ronda en el interés de Mandela por el rugby, deporte representativo de los blancos y al que los negros entienden como símbolo de la discriminación. Y es tal vez el eje del filme "Invictus" del octogenario Clint Eastwood, para decirnos: "No al olvido, sí al perdón".
El deporte como amalgama de una sociedad dividida por la segregación, con viejos odios y rencores, en un país rumbo a la guerra civil, donde la sabiduría de un hombre preso durante 27 años supo perdonar a sus carceleros, para extenderlo a todo su pueblo.
La clave, utilizar el campeonato mundial de rugby de 1995 en Sudáfrica, para que a través de los Springboks (seleccionado nacional de rugby de Sudáfrica), se borren antiguas huellas de un pasado traumático.
Basado en el libro de John Carlín "Factor humano", la historia está emparentada con un deporte como el rugby, donde el planteo se basa en mente fría, ojo estratégico, mirada global del juego, rudeza, habilidad, entrega, sacrificio y solidaridad con el conjunto. La misma tarea que tiene que realizar Mandela (interpretado por Morgan Freeman, nominado al Oscar como mejor actor) y el capitán del equipo Francois Pienaar (interpretado por Matt Damon, nominado al Oscar como mejor actor de reparto), para unir a un pueblo de mayoría negra y así evitar la disolución social y política, producto del sosjuzgamiento blanco de siglos.

Alicia en el país de las maravillas

Charles Lutwidge Dodgson, era un profesor de Matemáticas de gran altura con defectos físicos y tartamudeo. De allí su perfil introvertido y rareza de personalidad, que "gustaba" de la compañía de niñas preadolescentes. Y es con la niña Alicia a quien le escribe un cuento, luego publicado con el seudónimo de Lewis Carroll, que trascendió los siglos por su carácter simbólico de los sueños, anticipándose a Freud, y dando letra para diversas versiones y canciones ("Canción de Alicia en el país" de Charly García, en el tercer álbum de Serú Giran "Bicicleta", en cuya metáfora reza la letra: "Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie, juegan cricket bajo la luna", para denunciar la dictadura militar).
Tim Burton recrea "Alicia en el país de las maravillas", con una joven de 19 años, que regresa al ahora "inframundo". Una pesadilla subterránea, de una mujer que quiere escapar de un casamiento por conveniencia en la época victoriana (síntoma recurrente en Burton), para encontrarse con viejos amigos como: El Conejo Blanco relojero, los delirantes mellizos Twidli Dim y Twidli Dum, el Lirón, La Oruga, el Gato Sonriente, La Reina de Corazones (La Reina Roja), y el tan esperado, Sombrerero Loco. Donde todos esperan a Alicia, para que tome la espada y derrote a La Reina Roja, que se ha apoderado del poder sometiendo al pueblo.
Alejado un poco de su estética "dark" (oscura), y si bien los personajes son de alma "freak" (marginal), el filme se recuesta con algo pop por sus coloridos psicodélicos, en especial de El Sombrerero Loco, interpretado por el inefable Jhonny Deep, que como siempre descolla. Siempre este cuento tuvo sus versiones "naif" (inocentes), se esperaba de Burton más antisistema, pero resuelve el filme de un modo "políticamente correcto"; Alicia desiste del casamiento, encuentra su destino y retoma la sociedad de su padre, para extender la "empresa" a recónditos países. La lógica del capitalismo global, ¿no?.

La gran perdedora y la gran ganadora

Con gran alegría para los argentinos que esperaron ansiosos la madrugada del lunes para festejar, el Oscar a la mejor película extranjera fue para "El secreto de sus ojos"; y una pesadilla para James Cameron que debió soportar las "cargadas" de sus compañeros y sólo ganar tres de las nueve nominaciones, con el agregado de que su ex esposa se llevara todos los premios. Avatar continua en cartelera y "El Secreto..." se repone con una entrada de 10 pesos a las 23.