Después de más de 30 años de vigencia, esta temporada Central Argentino tomó la decisión de no participar en el baby fútbol. Por lo que, SEMILLERO recuerda, entre otros puntos, la rica historia del club en el baby, que tuvo su origen con Rigarsito y continuó con el famoso “Centralito”

“Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.”

La hermosa canción que escuchamos desde la inconfundible voz del cantante Alberto Cortez, interpreta, con sus palabras y su mensaje, las sensaciones que todavía rebotan como una pelota en el baby fútbol, que es la no participación de Central Argentino en el fútbol infantil de la ciudad y la región.
Sorpresa o un presagio por una realidad que no era la óptima, desazón, tristeza, recuerdos. Todos y cada uno de esos sentimientos están dando vueltas en la mente de cada uno de los que sintió o sentirá lo que es el baby fútbol tras escuchar dicha noticiar.
La deserción de Central Argentino en participar del baby fútbol provocó un vacío grande en el fútbol infantil de la ciudad y la región, ya que por más que se intente explicar, las palabras no alcanzarían para terminar de retratar como uno de los clubes con una rica historia no estará entre los protagonistas de este año.
La deserción dirigencial que influye en todos los clubes, la falta de compañía de los padres, la escasez de chicos, y muchos otros motivos fueron los atenuantes que determinó la negativa, por más que algunos padres buscaron de todas las maneras cambiar la realidad.
Por lo que, quedó en claro, que en ciertos momentos, la voluntad de unos pocos no alcanza, como quedó en evidencia, deje incógnitas que nunca se podrá responder o la sensación de que se podría haber hecho algo más.
No obstante, Central Argentino presenta una solidez institucional que le hubiera permitido llevar adelante la misión de hacer baby fútbol, de seguir reuniendo niños a su semillero, de trabajar por los chicos, por más que en las últimas temporadas los resultados no fueron los óptimos.
Lo que queda en claro las consecuencias de esta decisión provocó que decenas de niños deben buscar otros horizontes para disfrutar, domingo tras domingo, de las sensaciones que acapara el baby fútbol. No hay una respuesta concreta que permita entender por qué los niños no puedan vestir esa camiseta de otra historia.
Es muy necesario, para reconocer la dimensión de la decisión de no participar en la actual temporada del baby fútbol, remarcar un poco la historia de lo que fue Central Argentino en el fútbol infantil de la ciudad.

“Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.”

En la edición número 5 del SEMILLERO, que salió publicada un 20 de agosto de 1991, se remarcó la historia del entonces “Centralito”, hoy Central Argentino, y de dicha nota, sacaremos algunos fragmentos que nos permitirán conocer la historia de este club.
“... por esas cosas de la vida, un día como cualquier otro un grupo de empresarios le propone a uno de los hombres que forjaron el baby fútbol la posibilidad de crear un nuevo equipo, por lo que David Márquez encontró el lugar físico (dentro de un pedazo de terreno en la otrora cancha de Central Argentino) y formó entonces Rigarsito.”
“Después, ya sin el aporte privado, se convocó a Asamblea y se decidió cambiar el nombre a Centralito, en homenaje a la institución que los estaba acobijando, cambiando los colores azul y blanco por los rojo y blanco que siempre identificó a Central Argentino.”
A partir de allí, en el año 1982 (Rigarsito se fundó en el año ‘77), comienza a forjarse lo que es el nacimiento del fútbol infantil en Central Argentino, que modificó su nombre de “Centralito” al actual a partir del campeonato oficial del año ‘96.
Dentro de todo ese transcurso que tuvo vigencia, Centralito logró formar jugadores sobresalientes en el fútbol local, y categorías que quedarán en la historia, como la clase 1983, que en los cuatro años oficiales que participó logró tres títulos (‘93, ‘95 y ‘96).
En su cancha ubicada en la avenida Naciones Unidas, recibió por más de 15 años a los chicos del barrio, a rivales, a padres y diferentes personalidades que fueron forjando la rica historia que presentó la entidad en el baby fútbol, por más que en los últimos años perdió el protagonismo de otros años, igual siempre fue una institución elogiada.
El “expreso rojo”, dentro del baby fútbol, mostró siempre una notable seriedad y si bien a nivel deportivo no sobresalieron en gran manera, presentó siempre una calidad institucional digna de resaltar.

“Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.”

Luego, ante la modificación del reglamento, Central Argentino se trasladó a su actual cancha ubicada en el barrio Mariano Moreno, en la cual se encuentra a la par de la cancha grande, que tampoco tendrá actividad los domingos.
El presente indica que ayer comenzó una nueva temporada del siempre emotivo baby fútbol pero la alegría no era total, es que hay un hueco muy díficil de tapar, de esos que quedar marcados siempre en la historia, como Asociación Bancaria y ahora Central Argentino. Los caminos de la vida a veces son muy difíciles, pero vale la pena siempre jugarse por entero a una misión, y ojalá, el año que viene sea otro el parecer en la institución ubicado sobre la costanera de la ciudad.

Epígrafes:
1) Otros tiempos. Los chicos de la recordada ‘83 de “Centralito”, la más ganadora del club al conseguir tres títulos en sus cuatro años de participación en el baby
2) La imagen refleja la Clase ‘67, el primer equipo cuando Rigarsito empezó a participar en el baby fútbol
3) La categoría ‘97 de Central Argentino, que se despidió el año pasado del baby fútbol