Nada parece detener el abandono de numerosos terrenos baldíos que se erigen en distintos puntos de la ciudad.
Ni las intimaciones de la Municipalidad o las denuncias de grupos vecinales o frentistas en particular, hacen mella en la conciencia de aquellos que deberían cumplir con su responsabilidad.
Los baldíos descontrolados y los potenciales riesgos para la salud o la integridad física son una realidad lamentable en la Villa. Por caso, van dos ejemplos.
En el barrio Güemes, más precisamente en la segunda cuadra de Juan Müller (entre Naciones Unidas y Catamarca), el estado en que se encuentra una obra abandonada y sus alrededores, infunde preocupación en propios y extraños.
Con un yuyal que ya ganó toda la vereda y parte de la calle, el terreno cercano a la costanera villamariense no deja de llamar la atención y ser el centro de las denuncias de habitantes de la zona.
"Cómo puede ser que en un barrio residencial ocurran cosas como éstas", manifestó uno de los vecinos de la cuadra.
Lejos de las luces de la ribera local, un campito que ha crecido exponencialmente en los últimos años, acumula de todo en su interior.
En el sitio en cuestión, que se ubica sobre bulevar España entre Marcos Juárez y Juárez Celman, se puede encontrar de todo.
Autopartes, escombros, basura y tierra, son parte del paisaje del lugar sito en barrio Belgrano.
El dilema que se suma al crítico cuadro del espacio, es que la comuna en lugar de retirar los elementos contaminantes, ha trasladado hasta el descampado más tierra y restos de material de construcción.
A la considerable montaña de desperdicios (de más de dos metros de altura), se anexan ahora otras acumulaciones.
“Es una vergüenza, en vez de limpiar, ensucian”, precisó un vecino del sector.