La escuela Rivadavia tiene rampas para el acceso de los discapacitados motrices que allí estudian. Hasta tiene un ascensor para que puedan asistir sin dificultad a las aulas de los pisos superiores.
Sin embargo, de manera desaprensiva, alguien colocó un contenedor justo en frente de la rampa, impidiendo que ingresen por allí las personas que circulan con silla de ruedas.
La foto la acercó una lectora, amiga de una joven que perdió la motricidad como consecuencia de un accidente.
“Es increíble cómo te das cuenta cuando le pasa a alguien de tu entorno. Este año, fuimos de vacaciones a Santa Rosa y no encontramos un solo hotel con baño para discapacitados”, relató.
Sería bueno que el responsable del contenedor lo corra unos centímetros, para que los discapacitados motrices no encuentren un escollo más en la ciudad.
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