Elemir Francisco Mignola y su hijo Franco (hasta hace poco tiempo secretario de Hacienda de la Municipalidad de Villa María), titulares de una conocida empresa de transportes, decidieron ayer gritar “¡Basta!”.
“Es que esto no viene de ahora, viene desde el día mismo en que comenzó a funcionar la Caminera. Los agentes llegan desde Bell Ville, ingresan en un territorio que ya nos les pertenece, y se paran a la altura de la usina, es decir, a la altura del kilómetro 453,5 de la ruta 9, casi en el kilómetro 454, que es zona urbana de Villa María. Entonces se dedican a hacer multas de todo tipo, pero fundamentalmente por no tener las luces encendidas, algo que es obligatorio solamente fuera del radio urbano”. Así explicó la maniobra Elemir Mignola ante un periodista de EL DIARIO.
Como su empresa tiene playa en ese punto, sus camiones van y vienen por el lugar y ya han recibido todo tipo de multas.
Es posible que la que le labraron ayer sea la última. El empresario y su hijo, ya hartos, comenzaron a estudiar el tema minucioasamente y descubrieron que los “efectivos” fraguaban las actas de infracción. Apuntaban en ellas que la multa se confeccionaba en el kilómetro 552, que deja de ser ejido urbano y sí es de su jurisdicción.
Con ese dato repetido en los comprobantes de color rosa que quedan en poder de los infractores, decidieron tomar fotos y acudir en compañía de la escribana local Graciela Beatriz Sgró, quien dejó todo asentado en su actuación notarial A006005453.
En el acta se lee: “Que el camión de su empresa marca Volkswagen 18310, dominio FPV921 era conducido por el chofer Fernando Mastercola... que el chofer inmediatamente avisa al propietario, quien ya cansado de que siemrpe utilizan esa modalidad acude y hace notar la falsedad del lugar indicado (kilómetro 552) y los agentes se ponen muy nerviosos, empujan a Mignola, lo amenazan bajo apercibimiento de llevarlo detenido, por lo que inmediatamente el compareciente me llama para que acuda al lugar de forma inmediata”, escribe Sgró, para indicar que al llegar el empresario le refiere que había estado ante la agente Johana Páez OT 715/07, y Ezequiel Españón OT 087/09.
Y prosigue el escrito oficial: “El compareciente aclara que quien lo agrede de forma verbal y física, empujándolo, es Páez”.
Los agentes se habían fugado cuando escucharon que el empresario convocaba a una escribana, pero ya habían quedado escrachados en las fotografías que les tomaron en el lugar de los hechos, con celulares, quienes se sentían damnificados (en apenas unas horas, este medio ya pudo constatar que los Mignola no son los únicos).
En el acta de la escribana ya queda en claro que “el compareciente hace reserva de todas las acciones civiles y/o penales que puedan llegar a corresponder”.
Si prospera, lo paga la provincia, es decir, lo pagamos entre todos.