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Fernández: “Hay que superar el mal momento sin despidos” |
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- ¿Cómo definiría en pocas palabras la situación actual?
- Están muy duras las cosas en el sector.
- ¿A qué factores obedece ese estado de cosas?
- A pesar de que se abrió la exportación, casi que las industrias del país no pueden vender al exterior. Está tardando demasiado la puesta en marcha de todos los engranajes que pueden llevar la situación al punto en que se encontraba cuando se cerró la exportación.
- ¿Y los precios?
- Sí, además de que casi no se hacen negocios con el exterior, no se logran los precios que existían en octubre o noviembre del año pasado, ni siquiera los de marzo de este año. La leche en polvo, por ejemplo, pasó de 5 mil dólares la tonelada a 2 mil dólares la tonelada. El queso duro bajó de 5 ó 6 dólares el kilogramo a 3,5 ó 4 pesos el kilogramo... Entonces, en ese panorama, casi sin venta al exterior y con esos precios, a las industrias más chicas se les hace complicadísimo aguantar, ya que tienen que pagar todos los días la materia prima para elaborarla diariamente. Es decir que casi estamos hablando de pagar y no cobrar...
La demora en el arranque
- Por qué tarda tanto en arrancar la comercialización con el exterior?
- Porque la apertura de las exportaciones cayó fuera de término, fuera de época. En el mundo, los países exportadores ya estaban vacíos, porque los importadores ya habían comprado todo lo que tenían que comprar.
- ¿Cómo se sale de tremendo brete?
- Esto se va a superar cuando logremos que los stock se vayan liberando; es decir, cuando la exportación se haga cada vez más ágil, más fluida. Esto también permitirá ubicar los productos en el mercado interno y el mismo mercado comenzará a regularse... Este mercado se regula solo, no necesita de la intervención del Estado.
- ¿Seguro?
- Sí, los precios internos se regulan solos una vez que la venta al exterior se agilice.
- ¿Qué es lo que les dicen a los industriales cada vez que se sientan a la mesa a discutir?
-En este momento les decimos que hay que aguantar que pase este mal momento sin costo social, sin despidos y, fundamentalmente, que no se cierre ningún establecimiento.
El nivel ocupacional se mantiene
- ¿Y qué dicen ellos?
- Bueno, el nivel ocupacional se mantiene, pero el riesgo de cierre de los establecimientos pequeños está latente... Como decía antes, tienen que seguir recibiendo la materia prima todos los días, la deben elaborar y pagar, pero no la pueden vender. La cosa podría ser más grave todavía si llegaran las lluvias.
- ¿Por qué?
- Porque la producción primaria aumentaría en un 20% aproximadamente, lo que agravaría la situación de los fabricantes lácteos. Pero afortunadamente por ahora no hay suspensiones ni despidos, ya que necesitan procesar la materia prima todos los días. Aunque el riesgo está latente, ya que si se corta la cadena de pagos no tendremos despidos sino lisa y llanamente el cierre de los establecimientos.
- Un panorama desolador...
- Pero, además, al cerrarse un establecimiento de diez o quince empleados, esos 15 mil ó 20 mil litros diarios se van a una industria grande que no necesita tomar ni un solo trabajador. Con la capacidad instalada que tiene los procesa sin inconvenientes, con lo que estamos diciendo que los puestos de trabajo desaparecen.
El 32% progresivo no se olvida
- Justo se presenta esta encrucijada para el sector en un año que había sido bueno desde el punto de vista salarial...
- Efectivamente. Hay cosas positivas que también debemos ver y que nos permiten abrigar esperanzas, como el 32% de recomposición salarial progresiva por el término de 12 meses. Con ese porcentaje alcanzamos el 534% de mejora salarial en los últimos cinco años, y eso ha sido posible por la plena vigencia de las paritarias, de la negociación abierta y permanente entre las partes.
- ¿Y cómo calificaría a nuestra cuenca lechera?
- Sigue siendo muy importante a nivel de todo el país, y lo es por muchos factores.
La Escuela de Lechería, una suerte de símbolo
- ¿Como cuáles?
- Y, el educativo es un sello distintivo. En Villa María contamos con la escuela Superior Integral de Lechería (ESIL), que nos permite tener personal capacitado para las distintas áreas de las industrias lácteas y para los distintos productos que en ellas se elaboran. Esta mano de obra especializada no sólo es reconocida y utilizada en Villa María y la región, sino en todas las industrias lácteas del país, lo que aún hace más importante a nuestra cuenca lechera.
- Entonces, ¿hay algún espacio para enarbolar el optimismo?
- A nosotros la fuerza del trabajo nos permite tener esperanzas.
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