Débora Anahí Olariaga (20) y Jesús Miguel Angel Flores (17), desaparecieron de sus hogares villamarienses el 13 de febrero de este año. Hoy hace 39 días. Nadie ha podido dar con ellos hasta ahora y la incógnita se agiganta con el paso de las horas como una mancha de tinta sobre un papel.
Débora mide 1,65 metro, es robusta, tiene el cutis blanco y un lunar en el mentón. Nariz de tamaño y forma normal, ojos marrones, cabello negro ondulado, largo hasta los hombros.
Cuando dejó su casa de la calle Corrientes 1999 vestía jean azul, una remera manga corta negra con cuello blanco, de hilo, zapatillas negras y un bolso de mano del mismo color.
Jesús mide también 1,65 metro, es de contextura física más bien delgada, tiene el cutis blanco y el pelo castaño. Sus manos y brazos están tatuados con diferentes motivos. Es oriundo de Tucumán y se desconoce qué ropa llevaba puesta cuando desapareció.
Una vez que se conoció oficialmente que habían desaparecido, la Policía dio parte al Juzgado de Menores (Jesús tiene 17), y a la Fiscalía de Instrucción (Débora es mayor de edad) y no tardaron en difundirse los radiogramas correspondientes a las dependencias policiales de la región, de la provincia y, poco después, de todo el territorio nacional.
Desde entonces, son intensamente buscados aunque sin resultado positivo.
No obstante, parece que en las últimas horas habría algún indicio de su paradero, aunque no deja de ser una tenue luz de esperanza, una suerte de llama de fósforo en la noche de la incertidumbre: la búsqueda, por estas horas, parece haberse centrado en Tucumán.

@Tras las rejas por ladrón

Un joven de 19 años fue detenido en la madrugada de ayer luego que violentara la puerta de un automóvil Fiat Marea y sustrajera varios CD y un sobre con documentación perteneciente al legítimo propietario del coche, oriundo de la provincia de San Luis.
Ocurrió en Vélez Sarsfield a la altura del 1300.