La lógica del
pensamiento
sectario

Señor director:
Da la impresión que en los tiempos que vivimos se ha instaurado por parte de algunos grupos o facciones políticas, un peligroso “vale todo” que intenta socavar la legitimidad del Gobierno democrático que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Para eso, algunos opositores, apelan a las más burdas maniobras y al intento contra natura de comparaciones ridículas que no resisten el menor de los análisis, pero que cada tanto es necesario contestar, ya que corremos el riesgo de que el silencio emanado del asombro que provocan tales dislates, se entienda como un consentimiento a la aberración planteada.
Conocidos ya los luctuosos sucesos acaecidos en Baradero, algunas personas creen que es un buen momento para llevar agua para un molino que, ni siquiera, alcanzaron nunca a construir.
La carta enviada a El Diario por el representante local de la Juventud Guevarista, deja en claro que algunas intencionalidades políticas no encuentran freno ni aun ante el dolor ajeno, y a modo de cruzados sagrados, utilizan en forma espuria un hecho como el sucedido en la localidad bonaerense para atacar a los representantes del mal en la tierra.
Como militante de este Gobierno nacional y popular y de los derechos humanos, y sin las tendenciosas comillas del escrito de referencia, quiero manifestar mi más profundo rechazo a la maliciosa comparación que se hiciera de este Gobierno democrático con la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía y la represión al “Cordobazo”.
El simple planteo de este absurdo remite al desconocimiento más profundo de lo que se está hablando o a la perturbación propia de una “manifestación furiosa” más cargada de ira que de raciocinio.
El repudiable proceder de dos agentes de tránsito, sin las capacidades mínimas elementales para el cumplimiento de su función, y aun la connivencia de un intendente, el que sería condenable de ser responsable del proceder de sus subalternos si es que se prueba que estos actuaban bajos sus directivas concretas, de ninguna manera pueden servir de pretexto para adjudicarle responsabilidades a un gobierno que ha dado pruebas sobradas de ser respetuoso de la expresión popular.
El conjunto de desatinos planteados remata señalando como “impunes” a los crímenes cometidos hace apenas cuatro días y, a modo de jueces sumarísimos, condenando a “perpetua” a los autores materiales.
El resentimiento que deriva del mesianismo, genialmente graficado por Arturo Jauretche en su “Manual de Zonceras Argentinas”, provoca que algunos militantes confundan el rumbo y que no alcancen a vislumbrar donde subyacen los males que aquejan a la sociedad, así, al no poder conectar con un pueblo al que se jactan de conocer, pero con el que no llegan a articular un mínimo contacto siquiera, deciden embestir desde donde sea y de la forma que sea contra su representante legitimo: el Gobierno.
Se referencian en las Madres de Plaza de Mayo, pero ellas apoyan al Gobierno.
Dicen apoyar las luchas obreras, pero los trabajadores organizados apoyan al Gobierno.
Se jactan de luchar contra la oligarquía, pero cortan rutas con la Sociedad Rural.
He aquí la lógica del pensamiento sectario: aborrecen a quien construye lo que ellos no son capaces de conseguir, en este caso la representatividad, al menos, de la mayoría de los trabajadores y los humildes.
Ni siquiera alcanzan a conformar un número mínimo de militantes para presentarse a elecciones, por lo que terminan siendo un “sello de goma”, colérico y siempre servil a los intereses que dicen enfrentar.
Señor director, no quisiera despedirme sin solidarizarme con los familiares de las víctimas de Baradero. Pero como corresponde a quienes nos referenciamos y seguimos el ejemplo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quiero pedir juicio y castigo para los culpables, pero con la esperanza que abriga cada paso dado por estas organizaciones ejemplares, sin furias ni extravíos de ningún tipo.
Atentamente.



Enrique Cal DNI 16495119
Equipo de Organización
Encuentro en Defensa
del Proyecto Nacional
Villa María