Señor director:
Soy una mamá que perdió un hijo en un accidente (o incidente) de tránsito y estoy en la fundación de la señora Laura Cristina Ambrosio Battistel, quien trajo las Estrellas Amarillas. Con la impulsora local, Lucía Deheza, somos hermanas, con lo cual compartimos el mismo dolor, como tantos.
Hay papás que estamos en la fundación y trabajamos a pulmón, sin fines de lucro y lo que desearíamos es que no se tengan que pintar nuevas estrellas.
Pero veo que la gente no entiende. El día 19 de marzo fui a un control que se estaba haciendo en bulevar Sarmiento. Pude ver con qué impunidad osan en pasar a toda velocidad tantas motos y coches; gente grande que no lleva cinturón... ¿Cómo educamos a nuestros hijos? ¿Cómo se educa a la gente?
Pude ver todo tipo de conducción peligrosa: giros en “u”, alta velocidad, cruce de semáforos en rojo...
Su vida y la de los demás peligran. Por eso pido, papás, mamás y jóvenes, que respetemos nuestras vidas y la de los demás...
Lo triste es comprobar que se hacen oídos sordos a las campañas y las recomendaciones. Y lo más triste en la vida es que te golpean un día la puerta y te dicen que tu hijo o un familiar ha tenido un accidente. Llegas al Hospital con la fatalidad que ya no responde a nuestro llamado desgarrador, sí que podamos comprender porqué.
Y no culpemos a la Policía o a los agentes de Tránsito, porque nosotros somos los que hacemos la infracción. La educación comienza por casa y termina en la calle. La irresponsabilidad es nuestra.
Señores jueces de faltas, no miremos el color ni la posición económica. Tolerencia cero.
Susana Gigena
DNI 13726005
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