En la madrugada del domingo cargué 30 pesos en mi celular Claro. Claro que Claro inmediatamente me envió un mensaje dándome la grata noticia de que me acreditaba los 30 pesos, más otros 30 pesos de regalo. En eso no se quedó Claro y horas más tarde envió otro mensaje diciéndome que me regalaba 100 SMS por la promoción. Es más, Claro no regateó y envió un nuevo mensaje, un día más tarde, avisando que por haber participado de la promoción de enero, me regalaba 100 SMS (no aclaró si los sumaba a los anteriores o era un mensaje repetido).
Pero tanta generosidad quedó sólo en los mensajes de CLARO. Porque claro está que Claro no acreditó nada de lo prometido y, lo que es peor, es que a la hora de haber cargado los 30 pesos, me los debitó.
Ahí empezaron los reclamos. La primera operadora que me atendió (el domingo por la tarde), constató la carga y me explicó que por un error del sistema se había debitado el importe cargado. Agregó que en las próximas horas (a más tardar 48 horas) se iba a solucionar el inconveniente, porque ya estaba hecho el reclamo.
El teléfono siguió mudo. El lunes volví a la carga con los reclamos. Debo haber llamado aproximadamente diez veces a Claro, cada vez que llegaba al momento de darme una explicación coherente y un plazo para solucionar un problema que el mismo CLARO ocasionó, ¡oh, casualidad¡, la comunicación se cortaba.
Todos los operadores que me atendieron reconocían el error y porfiaban que yo tenía los 30 pesos de promoción y los SMS de regalo para comunicarme. Debo aclarar que mi celular no sólo no puede hacer llamadas y mandar mensajes, ni siquiera me deja pedir el saldo. Está totalmente muerto desde la madrugada del domingo.
Con toda la soberbia y la impunidad que le da responder a través de una comunicación telefónica que interrumpe cuando quiere, una de las últimas operadoras en atenderme el lunes, me ordenó que no le gritara, me aseguró que CLARO no podía hacer nada y que la empresa tiene un plazo de siete (sí, siete) días hábiles para devolver lo que debitó por error, así que no insistiera, porque ése era el primer día para ellos y tenían seis más de tiempo.
Después de estar una hora y media en el teléfono explicándole a distintas personas mi problema y exigiendo una solución, yo no sólo le gritaba a la operadora, hubiera deseado tenerla al frente para constatar si realmente era tan valiente y podía tener esas contestaciones. Le exigí que me pasara con un superior y su respuesta fue “te va a decir lo mismo que yo”, me dijo que para poder usar mi línea volviera a cargarle plata y me cortó.
Como dije, mi teléfono sigue mudo (y a esta altura de los acontecimientos, sin sentido). Una vez más me pregunto qué hacemos los usuarios ante las arbitrariedades de CLARO que, con la excusa de que no existe reglamentación, hace lo que quiere. También me pregunto quién responde por mis derechos de consumidor y quién nos defiende cuando ellos son violados.
M.O.
16430312
Otras notas de la seccion Locales
Olaviaga y Bedano en el racimo de opciones
Los comicios marcados por la presencia de Zannini y Cavagnero en las boletas
"Ya no es factible sostener la imagen de familia dominante"
Entusiasmo y aprendizaje: lo que dejó la Feria de Ciencias
"Cada vez más niños se involucran en la ciencia"
|