En el marco de la Fiesta Nacional del Tambo, que tradicionalmente se realiza en James Craik, se llevó a cabo la Segunda Jornada de Riego e Intensificación, el miércoles, organizado por el club Chañares, como un aporte a los productores que han sido y son los socios del club, según expresó al cierre el presidente de dicha entidad.
Los disertantes, especialistas en distintas áreas, demostraron a lo largo de la jornada, que es una ventaja más que interesante la opción de riego en las producciones, tanto para garantizar y aumentar los rindes, pero principalmente para estabilizar la producción, haciendo previsible el manejo y evolución, como así mismo, la rentabilidad a lo largo del año y en los diferentes ciclos agroclimáticos.
EL DIARIO Rural dialogó con los dos disertantes antes del cierre, quienes se explayaron sobre las ventajas del riego en producciones agropecuarias y en tambos respectivamente.

Aquiles Salinas

Uno de los especialistas se refirió a los cultivos de invierno: "Tanto en secano como para riego, es indispensable conocer lo que la cantidad de agua almacenada en los suelos, porque las expectativas de siembra como la toma de decisiones, dependen siempre del agua en el perfil del suelo y es una cuestión que no todos los productores la tiene internalizada".
Por eso se hizo mucho hincapié en el tema, "hay que recabar datos para sacar conclusiones", apuntó Salinas.
"No se pueden justificar las acciones productivas a 'ojímetro', las conclusiones sólo pueden tomarse a partir de sacar datos y buscar información", manifestó.
Sucedió con lo referido a Cultivos de invierno bajo riego suplementario: "El tema del trigo bajo riego suplementario, es muy interesante a tener en cuenta. En nuestra provincia, en los últimos cinco años, se hacen aproximadamente un millón de hectáreas de trigo, 100 mil hectáreas, desparramadas en toda la provincia, más otras 30 mil en otros cultivos, se producen bajo riego, si bien la mayor concentración de riego se encuentra en la zona centro, precisamente porque hay agua extraíble, algo en la zona de Hernando y algo en la zona de Río Cuarto", expresó Salinas.
Rindes de trigo con y sin riego: "Si bien en el trigo los altos rindes no se equiparan con la calidad, hoy el productor cobra por cantidad y no por calidad, o sea, que no debe dudar ante la posibilidad de aplicar riego artificial, ya que la experiencia nos dice, en catorce años que llevamos adelante el trabajo de estudios y aplicación de riegos, hemos podido comprobar diferencias muy importantes, por ejemplo de 53qq por hectárea con riego, contra 23qq en secano", explicó el ingeniero agrónomo.
Para Salinas, "esto se logra, fundamentalmente con un buen manejo, midiendo (en milímetros) el agua que se le da al trigo, teniendo en cuenta, el consumo que necesita, de acuerdo al estadío y etapa de los sembrados, ya que no es lo mismo lo que el trigo o cualquier sembrado consume en la plántula, en floración o en etapa finales del mismo, porque así sabemos de las necesidades, y lo que no le da la lluvia, darlo con el riego", y agregó que "también allí se debe tener muy claro la eficientización del uso del agua".
"El agua que se usa para riego vuelve a la tierra: cuando se riega, se establece el cumplimiento del ciclo del agua, pasa por la planta entrando al suelo, se evapora y vuelve a las nubes, no es petróleo que se extrae y no se recupera nada", añadió.

Autorizaciones y permisos

"Existen falsas creencias y conceptos erróneos sobre el agua que se usa, hay que aclarar que no se gasta, se transforma de estado líquido a estado gaseoso y vuelve a la atmósfera", aseguró Salinas.
Indicó que "hay determinadas cosas a tener en cuenta: el agua es pública, se encuentre donde se encuentre, ya sea en propiedades privadas en superficie o subterránea, por lo que, es el Estado el que debe otorgar los permisos de uso, que se solicitan a la Secretaría que corresponda de Recursos Hídricos, que es quien autoriza la utilización con un permiso precario, porque al no haber información de los acuíferos -si bien se están realizando estudios- no poseen los mismos la envergadura que deberían tener, y al ser precarios los permisos, en caso de crisis hídrica, pueden anularse o suspenderse".
"Otra información incorrecta, es la de creer que en años de sequía como 2009, donde las napas más cercanas -incluso la de los molinos se secan- la responsabilidad es de los regantes. Es un gran error, ya que el productor regante, va a una profundidad de 150 a 180 metros contra 20 ó 30 que toma un molino", afirmó.
Y sostuvo que "la desinformación se presta para que se crea que son los regantes los que agotan las aguas, cuando no es para nada así".

Inversiones

"Existen muchas alternativas de riego y también muchas variaciones de costos de acuerdo al sistema por el que se opte, ya que vienen equipitos para 5 hectáreas, para 10 o para 200, todo depende de lo que el productor pretenda producir y necesite regar, buscando así el equipo que se adapte a esa condición, la de aportar a la producción, la humedad que necesite ante el déficit de agua, que suele ser uno de nuestros grandes problemas, ya que sumándole el agua, compensamos uno de los tantos problemas del ambiente agroclimático", dijo el especialista.
"El riego garantiza al menos rendimientos piso, da estabilidad al sistema y potenciando la productividad, y la inversión puede pagarse en cuatro años, solamente con la diferencia de producción entre riego y secano de ese período. Y también incorporar producciones alternativas, como arvejas, garbanzos, otras producciones que tienen precios más que convenientes, lo que agranda los márgenes y achica los períodos de pago y recupero de inversión", concluyó Salinas.