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La compleja situación planteada por el intendente Eduardo Accastello el pasado viernes, frente al embargo dictaminado por la Justicia local, causó conmoción y sorpresa en las diversas dependencias del
Palacio municipal.

Es que el titular del Ejecutivo enfrentó el problema bajo la consigna “no hay mejor defensa que un buen ataque”. Y allá fue.
Pintó un panorama complejo de obras públicas paralizadas y hasta de crisis para pensar en una recomposición salarial.
Y le tiró el fardo a la jueza Ana María Bonadero y a la familia del reclamante de honorarios por un trabajo realizado durante el Gobierno de facto.
En las distintas secciones hubo revuelo. Los trabajadores escucharon con atención “las sombras que se avecinan” y muchos se fueron a casa preocupados por su presente y por el futuro.

Más allá de la complejidad de la cuestión y de los fundamentos legales que llevaron a la jueza a tomar la decisión de declarar inconstitucional la ordenanza de emergencia que establecía la imposibilidad de embargar las cuentas municipales, está la estrategia política.

Y esta estrategia es simple y clara. Meter presión.
Y la maquinaria se puso en marcha rápidamente. El secretario General del SUOEM Dante Agüero salió a advertirle a la funcionaria judicial que podría ser objeto de movilizaciones en su contra si no consiguen el aumento pretendido.

En Facebook se abrió una página bajo el título “Justicia Villa María” que convoca a luchar contra quienes sirven a los intereses opositores que quieren el fracaso de la gestión.
Uno de los primeros comentarios lo hizo el PJ. “Todos juntos para ayudar a la gestión y al pueblo de Villa María. Presionemos a la jueza y defendamos la campaña”.
Táctica y estrategia.

Tropas sin
descanso

¿Cuáles serán los resultados de este tipo de acciones?. Imposible predecirlos.
Sí, es cada vez más evidente la guerra de poderes con inciertas derivaciones.
La política judicializada y la justicia politizada resultan un cóctel extraño y explosivo en una democracia que tenemos la obligación de defender todos, sin distinción de partidos.

Hoy, al ciudadano común le resulta cada vez más difícil analizar la legalidad o la ilegalidad de los sucesos. Es casi imposible diferenciar, por momentos, la razón de la sin razón.
En el campo de batalla, en la pelea cuerpo a cuerpo y con gran polvareda los contrincantes se mezclan y suele ser complejo distinguir al enemigo.

En los tiempos que corren, el campo de batalla está siempre ocupado y las tropas no descansan.
¿Hasta cuándo resistirán?

Sin tregua

En este cruce de lucha de poderes el Senado es otro ejemplo de enfrentamiento sin tregua con el Ejecutivo.
La oposición intenta, sin éxito hasta el momento, aprobar proyectos que la presidenta Cristina Kirchner no está dispuesta a ceder, tal como el impuesto al cheque.

La pulseada ha tomado un cariz que deja al descubierto la mediocridad reinante en un amplio espectro del quehacer político.
Que el Senado ande de miércoles en miércoles clamando por quórum es una verdadera farsa.

Amenazan con hacer cumplir el reglamento. Meten presión con una norma que seguramente nunca se cumplió. En síntesis los que redactan las leyes, se encargan de usar
la trampa.
Ante este grotezco, los ciudadanos no pueden menos que sentirse desprotegidos.
En un país con tanto potencial, uno se pregunta ¿por qué ocurren estas cosas que denotan falta de inteligencia o al menos de sentido común?.

La línea que separa a la seriedad de la payasada es a veces muy delgada. Muchos políticos deberían tenerlo en cuenta.

Con un pan bajo el brazo

El precandidato del radicalismo Gustavo Bustamante sigue trabajando sin descanso en el armado de sus bases.
Más allá de la labor que lleva a cabo con la militancia, está armando la Cámara de Panaderos dentro de AERCA.
Ya hubo reuniones y el martes será presentada formalmente en sociedad.